Ante la intensa ola de calor que atraviesa el país y el incremento del consumo eléctrico, el Gobierno ha implementado un plan de emergencia para evitar cortes masivos de luz. La estrategia incluye la importación de electricidad desde Brasil, Bolivia y Paraguay, además de la compra de gas a Chile para alimentar centrales térmicas en Tucumán y Salta. Estas medidas buscan asegurar la estabilidad del sistema eléctrico, cuya demanda diaria ya se encuentra en niveles críticos, aunque todavía por debajo del récord histórico de 2024.
Además, la Secretaría de Energía ordenó a Edenor y Edesur aumentar un 30% la dotación de cuadrillas y distribuir generadores a gasoil en las áreas más afectadas. En paralelo, el Gobierno descartó por ahora pedir a las industrias que reduzcan su producción, aunque algunas compañías como Aluar, Techint y Papel Prensa ofrecieron voluntariamente bajar su demanda a cambio de compensaciones económicas si fuera necesario.
El suministro eléctrico en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) es el más vulnerable, con una demanda máxima proyectada de 10.564 MW, cercana al límite de su capacidad. Para cubrir la demanda nacional, Cammesa ya concretó la importación de 1.767 MW desde Brasil y otros 96 MW desde Bolivia al mediodía. Asimismo, desde el Gasoducto Norandino se están importando entre 2 y 3 millones de m³ de gas natural, lo que permitirá alimentar las centrales térmicas y sustituir combustibles más caros como el gasoil y el carbón.
Con estas medidas, y aprovechando la mayor capacidad de transporte de gas natural desde Vaca Muerta, el Gobierno confía en evitar un colapso del sistema eléctrico, aunque los problemas en las redes de distribución de Edenor y Edesur siguen siendo el mayor desafío frente al aumento de la demanda.