La Justicia tucumana condenó a Diego y Federico Córdoba por estafar a jubilados en la provincia. Se hacían pasar por enfermeros del PAMI para engañar a personas mayores. Diego recibió seis años y diez meses de prisión efectiva. Federico, en cambio, fue condenado a dos años condicional tras ser absuelto en dos de los tres hechos.
Durante el juicio, se demostró que los hermanos aprovechaban la vulnerabilidad de los adultos mayores. Se presentaban como empleados del PAMI, ofrecían ayuda con trámites y lograban que las víctimas les cedieran poderes legales o entregaran dinero. La fiscal Mariana Rivadeneira explicó que se valían del vínculo emocional y familiar para cometer los delitos.
En uno de los casos más graves, retuvieron a un hombre de 83 años durante seis días. Con engaños, lograron apoderarse de un plazo fijo de más de 11 millones de pesos. En otra estafa, convencieron a una mujer de 76 años para que les entregara dinero destinado al cuidado de su madre.
También se aprovecharon de un matrimonio de jubilados. Les prometieron ayudar con un juicio laboral y los convencieron de pedir préstamos. Luego, usaron ese dinero para su propio beneficio. Uno de los hermanos incluso fingió ser la víctima ante una prestamista para obtener un crédito adicional.
El juez Lucas Taboada consideró a Diego responsable de estafas reiteradas. Federico fue condenado solo por uno de los hechos. La auxiliar fiscal Brenda Deroy había solicitado 13 años de prisión para ambos por el grave perjuicio causado y el abuso emocional contra los adultos mayores.