Diego Bustamante es el arquetipo del hombre solidario, luego de varios años viviendo en Buenos Aires se mudó a Gualeguaychú. Tiempo después se mudó al Chaco Salteño y empezó a trabajar con las comunidades originarias. Fundó la ONG Pata Pila y trabaja codo a codo con la fundación Conin. Justamente su espíritu inquieto, lo llevó a recorrer instituciones solidarias del todo el norte del país, así es como, un día, el destino lo llevó a Santiago del Estero y eso cambió su vida para siempre.
En 2014 conoció a siete hermanos que vivían en Haciendo Camino, un hogar de Añatuya, Santiago del Estero. El vínculo fue inmediato con los chicos. En aquel momento el menor de los chicos era un bebé y el más grande tenía 12 años.
Ahora, el más pequeño tiene 6 años y el más grande 17 años, Diego nunca dejó de visitarlos. Un día, el corazón no le aguantó más y empezó a hacer los trámites para obtener una custodia, parcial primero y una tutela completa desde el mes de diciembre.
“Había muchas chances de que alguna familia los adoptara, pero era muy difícil que fueran todos juntos”, contó Diego.
“En diciembre nos vamos a mudar a Gualeguay (Entre Ríos) para estar cerca de Buenos Aires. Además, los chicos son grandes y no quiero que estén de acá para allá. Yo tengo siete hermanos, muchos sobrinos y ellos se merecen disfrutar de sus tíos y primos”, relató.
El problema es que en los tiempos que corren no es nada fácil adoptar a 7 chicos, por lo que Diego pide ayuda de la comunidad para conseguir una vivienda, que algún propietario que no la utilice o de alguna institución que no la esté utilizando. Se espera que lo solidaridad del joven tenga un reflejo en la sociedad de Gualeguaychú.
