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jueves, marzo 28, 2024
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Tres nenas vencieron al cáncer y conmueven al mundo con su sesión de fotos anual

Por quinto año consecutivo, Rhean Franklin, Ainsley Peters y Rylie Hughey posan ante la cámara para demostrar que la enfermedad no es terminal.

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La tradición, que comenzaron hace cinco años, perdura hasta ahora.

La historia de Rhean Franklin, de 11 años, Ainsley Peters, de 9, y Rylie Hughey de 8 emociona y es una muestra del coraje y la importancia de vencer los miedos. Las tres pequeñas tuvieron cáncer de muy chicas y lograron curarse. Por eso, en 2014, en pleno tratamiento, decidieron mostrar al mundo que esta enfermedad no es sinónimo de muerte e hicieron una sesión de fotos todas juntas.

Lo que sucedió después fue increíble. Esa primera imagen se viralizó y las impulsó a iniciar una tradición que perdura hasta la actualidad. El objetivo de la reunión anual es recordarles lo que pasaron, pero también inspirar a otros chicos que se encuentran en tratamiento.

Después de entrar en remisión, siguieron con las sesiones de fotos para dar esperanza a las personas que pasan por esta enfermedad.

Las tres nenas de Oklahoma se hicieron amigas mientras recibían el tratamiento para el cáncer. Más tarde, y gracias a la convocatoria de la fotógrafa Lora Scantling, buscaron dar visibilidad al cáncer infantil. En los últimos dos años, se unió al trío Connor Lloyd, que con 4 años padece leucemia linfoblástica aguda.

“Este proyecto ha sido asombroso. (…). Recibo mensajes muy alentadores sobre las personas que ven la foto en internet y me cuentan cómo les fue de ayuda a ellos o a alguien que conocen en un momento difícil. No creo que estas chicas lleguen a comprender lo poderosa que fue una simple foto de las tres abrazadas”, destacó Scantling en diálogo con Today.

A la pequeña Rhean los médicos le comunicaron que el pelo no le iba a crecer por la intensidad de la radiación con la que la trataron. Además, tiene los ojos un poco caídos porque el tumor se ubicó en el tronco cerebral.

En el caso de Rylie, solo tiene un riñón, al que le falta una parte debido a los tumores de Wilms que le diagnosticaron a los dos años. No obstante, mantiene una vida muy activa: baila danza, hace gimnasia y practica softball.

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En 2018, el pequeño Connor se unió al grupo. (Foto: Lora Scantling)

En cuanto a Ainsley, todavía tiene que realizarse controles dos veces al año para chequear que el cáncer no haya reaparecido en el organismo. Sus actividades favoritas son el canto, la lectura y el ciclismo.

El pequeño Connor debe acudir a la clínica cada mes para recibir los tratamiento de quimioterapia, además de que diariamente también los recibe en su casa. Esta situación se mantendrá al menos hasta 2021, según estiman los médicos que la atienden.

“Significa mucho para nuestra familia que ayude a crear conciencia sobre el cáncer infantil, y sentimos que cuando Connor se unió al rodaje el año pasado, demostraría que, aunque a las nenas les está yendo bien, cada día se diagnostican nuevos niños”, manifestaron sus papás.

Fuente: noticias del interior

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