De cara a fin de año se agudizan los conflictos con los sectores gremiales y sindicales. Muchos anunciaron medidas que profundizan el paro de actividades, los reclamos de un bono navideño con respuesta negativa del gobierno nacional, más la puesta en marcha del proyecto de flexibilización laboral son un factor detonante en los ánimos de los Argentinos.
Si bien una parte de la CGT se mostró acuerdistas, en las segundas líneas no cayó muy bien ese gesto en un año difícil y con sabor a derrota de las bases obreras ante el gobierno de Macri. Similar es el caso de los gobiernos provinciales que tendrán que lidiar con la negativa de pedidos de mejoras salariales y subsidios para el funcionamiento como es el caso de UTA que amenaza con suspender el transporte urbano de pasajeros ante la suba de los combustibles, que promete dar otro golpe al bolsillo. Tampoco hay que olvidarse del incremento de los servicios públicos que arrancan con el nuevo año produciendo una suba en la inflación y una modificación más en los precios de la canasta básica, será un año para el olvido y con temor por el que está por venir si las inversiones que prometieron no reactivan el empleo y la inflación desciende.
La Redacción
