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viernes, marzo 29, 2024
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San Martín jugará a puertas cerradas

Sin los hinchas en la tribuna, pero con ellos en las calles, uno de los barrios más populares de Tucumán vivirá una amanecer de domingo teñido de rojo y blanco.

“Si quieres ver fiesta, vení a Ciudadela”, dice uno de los clásicos cántico de la hinchada de San Martín que esta noche no dormirá pensando en el debut de mañana frente a Tigre. Sucede que con el sol recién salido, los jugadores arribarán al estadio, porque cuando sean las 9 en punto, ya estarán sacando del medio.
Llegó la hora tan esperada para el Pueblo Ciruja, el que más sufrió la pandemia en todo el mundo, porque además de las consecuencias nefastas que todos vivimos, ellos se comieron las injusticias anti naturales de AFA, TAS y compañía.
Pero ya no es tiempo de lamentos, es tiempo de volver a creer, y por eso, esa gente maravillosa que solo necesita de unas banderas flameando y otros locos como ellas cantando e cualquier calle, en cualquier esquina, e cualquier lugar, mañana volverá a vivir: “Volvemos a la Ciudadela, compadre. No podemos entrar, pero no importan, vamos a la cancha igual”, resume con simpleza una sensación tan profunda como popular.
“Nosotros vamos a para en donde siempre, desde tempranito vamos a estar en la platabanda de la Roca y Matienzo”, explica Nahuel de Los Pibes del Ritmo que también homenajearán al Diego con una camiseta especial hecha para la ocasión.
Para Martín, otro Ciruja de alma y vida, volver a la cancha es como renacer: “Yo tenía miedo de no que se vuelva a jugar en el 2020, iba ser la primera vez en mi vida sin a la cancha e todo el año. No había podido ir ninguno de los tres partidos de febrero y marzo, pero ahora voy a ir, no voy a poder entrar, pero con estar con los changos mirando de afuera me conformo”.

Ernesto tiene 65 años y no respetó el aislamiento a rajatabla, pero mañana no habrá quien lo detenga: “Voy desayunar un cafecito en la estación de servicios de la Colón desde las 7 de la mañana, después voy a salir a dar vueltas por el barrio, a ver a los changos, a saludarme con hermanos de sentimientos. A las 9 me sentaré de nuevo a verlo por la tele, cuando termine el partido me quedo a saludar al colectivo de jugadores”, asegura.
La pandemia hizo reflexionar a mucha gente que se arrepintió de no haber dilatado algunas cuentas pendientes, este es el caso de Mariano que con 28 años promete empezar a sacarse algunas espinas: “Nunca llevé a mi hijo a la cancha, mañana lo cargo en los hombros y lo llevo, para que la vea de afuera, no me importa, pero nunca más voy solo a la cancha”.
Hay otros, que no conciben un mundo sin fútbol: “Siente que recién está volviendo mi vida a la normalidad. No verlo jugar a San Martín era como no vivir. O peor, vivir sin vida”, expresa tajante Mauricio que tiene 31 años de edad y 30 de antigüedad en la Ciudadela.
Hay de todo en el Pueblo Ciruja que mañana, como siempre estará al pie del cañón siguiendo cada instante de lo que suceda en ese estadio en el que se jugará con puertas cerradas, pero a corazón abierto.

Fuente: El Tucumano

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