El Gobierno nacional fijó el salario mínimo en $302.600 para el mes de abril, a través de una resolución publicada en el Boletín Oficial. El aumento, decidido de forma unilateral por la administración de Javier Milei, representa apenas un incremento del 1,94% respecto al mes anterior y quedó por debajo del valor de la canasta básica total que elabora el INDEC para medir la pobreza.
El nuevo esquema de aumentos contempla subas mensuales hasta agosto. En mayo el salario será de $308.200; en junio, $313.400; en julio llegará a $317.800 y recién en agosto alcanzará los $322.000. La suma final continúa por debajo de los $356.073 que cuesta hoy la canasta básica, lo que implica que quien cobre el salario mínimo seguirá siendo considerado pobre.
El ajuste decretado por el Ejecutivo se dio luego del fracaso de la reunión del Consejo del Salario, donde las centrales sindicales –CGT y las dos CTA– propusieron un mínimo de $644.165 en abril y $657.703 en mayo. En contraposición, las cámaras empresarias habían sugerido una cifra mucho más baja y cercana a la que finalmente adoptó el Gobierno.
Desde los gremios criticaron duramente la decisión, señalando que el incremento “no cubre lo más elemental” y representa un nuevo retroceso en el poder adquisitivo. A su vez, remarcaron que el decreto desconoce el diálogo institucional y acentúa la pérdida del salario real frente a la inflación.
