La Legislatura de Tucumán evalúa modificar la Ley 7.575, que prohíbe fumar en lugares cerrados, para incluir dentro de las restricciones al cigarrillo electrónico. La iniciativa responde al aumento del uso de vapeadores y a las advertencias médicas sobre los riesgos para la salud, especialmente entre los jóvenes.
El Colegio Médico de Tucumán impulsó el debate tras reunirse con el vicegobernador Miguel Acevedo y legisladores de la comisión de Salud Pública. “El vapeo no es inocuo: contiene nicotina, genera adicción y puede causar daños pulmonares, cardíacos y cerebrales”, afirmó Héctor Sale, presidente de la institución.
La propuesta busca actualizar una norma vigente desde 2005, que ya significó un cambio cultural respecto al tabaco. Desde el Colegio Médico advirtieron que el vapeo también libera partículas nocivas y sustancias cancerígenas, afectando tanto a usuarios como a quienes inhalan el aerosol de forma pasiva.
Paralelamente, un grupo de legisladores presentó un proyecto de resolución para exigir al Ejecutivo la aplicación efectiva de una reforma previa que ya incorporaba la prohibición del vapeo en espacios públicos. La preocupación médica y política apunta a frenar el avance del cigarrillo electrónico en la provincia.
Actualmente, varios edificios públicos, como el Ministerio de Salud Pública y las dependencias municipales de Yerba Buena, ya fueron declarados libres de vapeo, siguiendo el ejemplo impulsado por médicos como Alfredo Miroli.