Por primera vez se hallaron ocho planetas orbitando una estrella lejana, la Kepler–90, a 2.545 años luz de distancia de la Tierra en la constelación Draco, según lo reveló este jueves la NASA. Se trata de la única estrella conocida hasta el momento con tantos planetas como los que giran alrededor de nuestro Sol. Y los investigadores creen que esta es la primera de muchas otras por venir.
Los científicos sabían que siete planetas orbitaban la estrella. Pero la Inteligencia Artificial de Google, que permite que las computadoras “aprendan”, analizó la información de archivo obtenida por el telescopio Kepler de la NASA y descubrió el octavo planeta.
Con el objetivo de poder diferenciar finalmente los distintos exoplanetas, Christopher Shallue, ingeniero senior de software en el departamento de inteligencia artificial de Google, y Andrew Vanderburg, astrónomo y becario posdoctoral de la NASA en la Universidad de Texas, entrenaron un computador para que pudiera distinguir imágenes de perros y gatos.
También perfeccionaron su enfoque para poder identificar los exoplanetas en los datos de Kepler, basándose en el cambio que sufría la luz cuando un planeta atravesaba el frente de su estrella. La red neuronal aprendió a reconocerlos utilizando señales que habían sido previamente examinadas y confirmadas en el catálogo de planetas de Kepler. El 96% de las veces, fue preciso.
Desde que fue lanzado en 2009, Kepler ha observado más de 150.000 estrellas en una parte del cielo, con el objetivo de determinar posibles candidatos a exoplanetas, teniendo en cuenta el ligero oscurecimiento de las estrellas a medida que los planetas potenciales las atraviesan. Kepler reunió un serie de datos de 35.000 posibles señales que indican la existencia de estos planetas.
Ahora, con el fin de ayudar a encontrar señales más débiles de planetas potenciales que los investigadores pudieron omitir, la red neuronal también fue entrenada para buscar rastros débiles en sistemas estelares que se sabe que son compatibles con múltiples planetas.
“La inteligencia artificial realmente brilla en situaciones donde hay demasiados datos que los humanos no pueden buscar por sí mismos”, señaló Shallue.
El nuevo planeta fue llamada Kepler-90i: es pequeño, “sofocantemente” caliente, rocoso e inhospitable. Gira alrededor de su estrella cada 14,4 días. En nuestro sistema solar, el planeta más cercano al Sol, Mercurio, tiene una órbita de 88 días.
“El sistema estelar Kepler-90 es como una versión en miniatura de nuestro sistema solar. Tienes planetas pequeños en el interior y grandes planetas afuera, pero todo está apretujado mucho más cerca”, explicó Vanderburg.
Aunque la estrella Kepler-90 es similar al Sol, los planetas están agrupados en órbitas apretadas a su alrededor, a la misma distancia que separa la Tierra del Sol.
“Así como lo esperábamos, hay descubrimientos emocionantes que siguen ocultos en nuestros registros archivados de Kepler, esperando la herramienta o la tecnología adecuada para salir a la luz”, sostuvo Paul Hertz, director de la División de Astrofísica de la NASA en Washington. “Este hallazgo demuestra que nuestra información será un tesoro disponible para los investigadores innovadores durante los próximos años”, insistió.
Los investigadores anunciaron además que descubrieron un sexto planeta en el sistema Kepler-80, el Kepler-80g, que tiene un tamaño similar al de la tierra. Su órbita también es de 14,4 días. La estrella es más fría y más roja que nuestro sol, y todos los planetas giran a su alrededor muy cerca. Cinco de los seis planetas forman una cadena resonante, en la cual están bloqueados en órbita por gravedad mutua. El sistema Kepler-80 es estable, como el sistema TRAPPIST-1 de siete planetas, descubierto previamente este año.
A la fecha, el telescopio Kepler ha observado más de 2.525 exoplanetas confirmados.
Según Jessie Dotson, científico del proyecto Kepler en el Centro de Investigación Ames de la NASA en California, “estos resultados demuestran el valor duradero de la misión de Kepler”. “Las nuevas maneras de analizar los datos –como esta investigación en sus primeras etapas para aplicar algoritmos de aprendizaje automático– prometen continuar generando avances significativos en nuestra comprensión de los sistemas planetarios alrededor de otras estrellas. Estoy seguro de que hay más novedades en los datos esperando a que las personas los encuentren”, agregó.
Las misiones que se lanzarán en 2018, como el satélite Transiting Exoplanet Survey (TESS, por sus siglas en inglés) el Telescopio Espacial James Webb, permitirán un estudio más profundo y detallado de los candidatos a planetas identificados por Kepler.
Comparado con Kepler, TESS usará un método de tránsito similar para observar planetas, cuando pasen frente a sus estrellas madre. Aunque Kepler se centró en una parte del cielo para buscar estrellas que estaban más lejos durante más tiempo, TESS observará todo el cielo y se concentrará en las estrellas más brillantes y cercanas, cada una durante 30 días.
El Telescopio Espacial James Webb es capaz de observar grandes exoplanetas y detectar la luz de las estrellas filtrada a través de sus atmósferas, lo que permitirá a los científicos determinar la composición atmosférica y analizar los gases que pueden crear un ecosistema biológico.
Por su parte, la misión K2, que se lanzó en 2014, está extendiendo el legado de Kepler a nuevas partes del cielo y nuevos campos de estudio, aportando un “arco de descubrimiento” más amplio para la NASA. Tiene suficiente combustible para seguir identificando candidatos hasta el verano de 2018. Está ayudando a cerrar la brecha entre Kepler y TESS, así como en identificación de objetivos para que el Telescopio Espacial James Webb observe.
FUENTE: CNN