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jueves, abril 18, 2024
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MIS-C: el raro síndrome que afecta a niños y adolescentes con coronavirus

Una extraña enfermedad que afecta a niños y adolescentes que contrajeron coronavirus alerta a especialistas de todo el mundo. Se trata del síndrome inflamatorio multisistémico (MIS-C, por su sigla en inglés), que según profesionales de la salud e investigadores de Estados Unidos se está presentando de forma más grave en los últimos meses, en comparación a los casos detectados durante la primera ola de la pandemia. 

Los síntomas del síndrome pueden incluir fiebre, sarpullidos, ojos rojos o problemas gastrointestinales y pueden evolucionar hasta provocar una disfunción cardíaca, incluido el choque cardiogénico, en el que el corazón no se puede comprimir lo suficiente para bombear la sangre. Algunos pacientes han llegado a desarrollar una cardiomiopatía, que endurece el músculo cardíaco, o una arritmia.

Roberta DeBiasi, directora de enfermedades infecciosas del Hospital Nacional de Niños de Washington D. C, aseguró que en el último tiempo se están “recibiendo más niños con MIS-C” y “parece que un mayor porcentaje de ellos está bastante grave”. Mientras que durante la primera ola de la pandemia la mitad de niños y adolescentes con este síndrome necesitaba de la unidad de cuidados intensivos, en esta nueva ola ese grupo se encuentra entre el 80 y el 90 por ciento.

Las razones, sostuvo la especialista, no son claras. Una posibilidad, señaló en ese sentido, es que el aumento de casos graves esté relacionado al mayor número de contagios que se registró en Estados Unidos en el último tiempo, dado que el país tuvo un pico de infecciones por coronavirus tras las vacaciones de invierno. Aunque el temor por las nuevas variantes también está sobre la mesa, los expertos y expertas aclararon que no hay pruebas al respecto y “aún es muy pronto para especular”. 

Según las cifras más recientes de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos –el registro llega hasta diciembre y marca un aumento desde octubre–, este síndrome afectó a 2060 niños y adolescentes en 48 estados, Puerto Rico y el Distrito de Columbia, y causó 30 fallecimientos. Si bien la media de edad fue de 9 años, se ha detectado en bebés y hasta jóvenes de 20 años. 

El problema, remarcó la directora médica de trasplantes cardíacos pediátricos e insuficiencia cardíaca avanzada en el Children’s Hospital & Medical Center de Omaha (Nebraska), Jean Ballweg, es que se desconocen los alcances de este síndrome: “en realidad no sabemos qué ocurrirá a largo plazo”, admitió. 

Su hospital, afirmó Ballweg, atendió dos casos al mes entre abril y octubre (un 30 por ciento de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos), diez casos en diciembre y doce en enero (el 60% necesitó cuidados en la UCI, con respiradores). “Claramente, parece que están más enfermos”, lamentó.

Según los médicos y médicas de Estados Unidos consultados por el New York Times, la mayoría de los pacientes dan positivo en las pruebas de anticuerpos contra la covid-19, lo que indica una infección previa, aunque hay muchos otros que también dan positivo en las pruebas de infección activa. 

Hasta ahora, no se ha podido determinar cuáles son los factores que predisponen  al síndrome. Jane Newburger, jefa asociada de asuntos académicos en el departamento de cardiología del Hospital de Niños de Boston, lidera un estudio a nivel nacional y dijo que los pacientes con obesidad y algunos niños mayores parecen estar peor.

El 69% de los casos reportados han afectado a jóvenes latinos o negros, por lo que los especialistas creen que se debe a factores socioeconómicos y de otro tipo que han expuesto de manera desproporcionada a esas comunidades al virus. Sin embargo, indicó Ballweg, el hospital de Omaha que recibió en un principio a hijos de madres y padres latinos que trabajaban en las empacadoras de carne ahora “está viendo la llegada de un espectro mucho más amplio que incluye todos los orígenes étnicos”.

Algunos profesionales de la salud aseguraron que se están aplicando tratamientos eficaces que, además de esteroides, inmunoglobulina y anticoagulantes, pueden incluir medicamentos para la presión arterial, un inmunomodulador llamado anakinra y oxígeno suplementario.

Algunos casos

“A Braden Wilson, de 15 años, le asustaba la covid-19. Tenía cuidado de usar cubrebocas y solo salía de su casa, en Simi Valley, California, para sus citas con el ortodoncista y las visitas a sus abuelos que vivían cerca”, detalló un artículo del New York Times.

Sin embargo, el virus alcanzó a Braden y le ocasionó “un daño despiadado en forma de un síndrome inflamatorio”.  Los médicos del Hospital Infantil de Los Ángeles conectaron al adolescente a un respirador y a una máquina de derivación cardiopulmonar, pero no pudieron evitar que sus órganos principales se deterioraran. 

El 5 de enero, finalmente, “declararon oficialmente que tenía muerte cerebral”, relató su madre, Amanda Wilson, entre sollozos. “Mi hijo se había ido”.

Jude Knott, de 4 años, estuvo hospitalizado en Omaha durante diez días después de presentar dolores de cabeza, fiebre, vómitos, ojos rojos y un ritmo cardiaco acelerado. “Fue una montaña rusa”, señaló su madre, Ashley Knott, entrenadora profesional en una organización sin fines de lucro de Omaha que ayuda a los adolescentes de bajos ingresos.

Para explicarle a Jude las infusiones de inmunoglobulina intravenosa que le estaban administrando los médicos, le dijo que estaban “‘poniendo ninjas en tu sangre para que puedan luchar’”. Para las inyecciones de anticoagulantes, que el niño odiaba, le dijo: “‘Campeón, están haciendo que tu sangre pase de ser una malteada a ser agua porque necesitamos que sea agua’. Le decía cualquier cosa para ayudarlo a entender”.

Hace poco, Jude volvió a la guardería de tiempo completo. Tiene una arteria coronaria dilatada, pero está mejorando, afirmó su madre

Fuente: Página 12

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