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jueves, marzo 28, 2024
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MANLIO FRANCIA, “EL MEJOR SEGUNDO VIOLÍN DE LA HISTORIA DEL TANGO”

Era hijo de un violinista que durante los meses de verano tocaba con su orquesta en ciudades de la Costa Azul de Francia, tales como BiarritzMontecarlo y Niza, recibió un violín de regalo cuando tenía cinco años y comenzó a estudiar música. 

Antes de 1910 su padre, que en ese momento tocaba en el Hotel Du Parc, en Vichy, fue contratado para hacer presentaciones en el Hotel Bristol de la ciudad de Mar del Plata, Argentina, que por entonces tenía en la temporada de verano una clientela proveniente de las familias más prominentes de la sociedad porteña por lo que viajó con toda la familia y Manlio debió interrumpir sus estudios de violín en Bruselas.

Manlio había nacido en Venecia, Italia, un 29 de Junio de 1902 fue un violinista y compositor dedicado al género del tango que pasó por diversas orquestas e intervino en muchas de las grabaciones de la Orquesta Típica Víctor.

A partir de entonces la familia hizo varios viajes desde Francia a Argentina y el séptimo de ellos que había partido de Marsella resultó ser el último que salió de ese puerto antes de que comenzara la Primera Guerra Mundial y se radicaron definitivamente en Argentina, primero en Mar del Plata y, al terminar la temporada, en Buenos Aires, en esta última Manlio prosiguió sus estudios musicales en el Instituto Santa Cecilia, con su director el gran violinista Hércules Galvani y los finalizó en 1918.

Entre sus compañeros de estudios estaban los hermanos Astor BologniniEnnio Bolognini y Remo Bolognini, también Eduardo Armani y otros que tuvieron su buena trayectoria, comenzó a trabajar tocando fragmentos de música clásica en fiestas y en algunos bailes y después en el Café La Armonía de la calle Corrientes 1443 y en el café Moyana, un lugar de encuentro de anarquistas y literatos en Corrientes y Suipacha; en estos últimos a pedido del público comenzó a incluir tangos en su repertorio. 

“Hasta que caí en el Café La Armonía de la calle Corrientes 1443, allí pedían tangos que era música tabú en algunos sitios elegantes donde yo había tocado, fui haciendo amigos y llegué al Maipú Pigalle donde actué junto a Osvaldo Fresedo y a Enrique Delfino, luego formé parte del Cuarteto de Maestros con Juan Carlos CobiánJulio De Caro y Roque Biafore, después, de nuevo con Fresedo y también con Cobián en el Abdulla Club y con la jazz de Gordon Stretton, ya me gustaba el jazz, anduve también más adelante con Eleuterio Iribarren”.

En el año 1925 tocó con Adolfo Carabelli y por ese entonces pasó a ingresar a una orquesta que formó Francisco Pracánico en la que estaban el pianista Romero; los violinistas Francia y Marcos Larrosa, el coautor de Los cosos de al lao; los bandoneonistas Salvador Grupillo y uno de los hermanos Scarpino y el contrabajista Olindo Sinibaldi

Cuando Pracánico se fue del conjunto por razones personales, Francia pasó por primera y única vez en su vida a dirigir una orquesta después trabajó un tiempo en la orquesta de Fresedo que grabó varios temas de su autoría, ha sido considerado el mejor segundo violín de la historia del tango.  ​

En la orquesta de Carabelli la música típica tenía menos cabida que el jazz y otros ritmos hasta que a comienzos de la década de 1930 comenzaron a aparecer más grabaciones de tangos hasta quedar como un conjunto cabalmente identificado con ellos, con ejecutantes como los bandoneonistas Carlos Marcucci, Ciriaco Ortiz, Luis Petrucelli y Federico Scorticati; los violinistas Manlio Francia, Antonio Rossi y Elvino Vardaro; el contrabajista Orlando Carabelli; y Adolfo Carabelli en piano, dirección y arreglos. ​

Además de su intenso labor en las orquestas de RCA Victor, Francia también trabajó en Radio Splendid y Radio Cultura con la orquesta de De Caro y en Radio El Mundo, desde su inauguración en 1935 y durante 19 años, integrando su elenco estable, en 1937 hizo su única gira al extranjero viajando con De Caro a Chile, muchos años trabajó en el Tabarís y estuvo cinco años en la orquesta de Carlos Di Sarli pero nunca dejó el jazz ni la música clásica hasta que se retiró el 20 de junio de 1978. 

En la primera integración de la Orquesta Típica Victor, estuvieron los bandoneonistas Luis PetrucelliNicolás Primiani y Ciriaco Ortiz, los violinistas Manlio Francia, Agesilao Ferrazzano y Eugenio Romano, el pianista Vicente Gorrese y el contrabajista Humberto Costanzo y debutaron el 9 de noviembre de 1925 grabando los tangos Olvido, de Ángel D’Agostino y Sarandí de Juan Baüer. 

​La orquesta estaba fundamentalmente volcada al género del tango, pero también grabó más de cuarenta rancheras, otros tantos valses, aproximadamente quince foxtrots y algunas pocas milongas, además de corridos, pasodobles y polcas, la calidad de sus músicos hizo de la Orquesta Típica Víctor “una de las manifestaciones musicales más ricas de su tiempo, que perdurará en el mismo nivel hasta bien entrados los años treinta.”. ​

Manlio Francia

Como compositor no tuvo mayor relieve, si bien varias obras le fueron grabadas hasta por Carlos Gardel, algunos de los títulos que se recuerdan son “Caramelito”, “Coperito”, “Dame un besito”, “Elena”, “Fantasías”, “Fuego lento”, “Luis María”, “Maco”, “Maldita visión”, “El nochero”, con letra de Enrique Cadícamo, “Pasionaria”, “Los perros antiguos”, su primer tango; “Queja campera”, “Qué racha”, “Ramas de sauce”, “Sangre azul”, “Sol y sombra”, “Toda para mí” y “El virtuoso”. ​

Para quienes desconocen el significado de los términos instrumentales podrían suponer que el segundo violín es menos que el primero, y esto no es así, esto no es una carrera ni un campeonato de futbol, el segundo requirió siempre una aptitud distinta al del primero, que tiene, por lo general, la voz cantante, porque existe incluso, una natural tendencia para desempeñarse como segundo preferentemente en las orquestas de tangos por su inventiva en la creación de contracantos y segundas voces a dúo con el primero.

Vale decir, que hay segundos violinistas natos, con más posibilidades de lucimiento interpretativo que los promovidos a primer violín, y primeros violinistas que si fueran segundos no cumplirían correctamente ese papel. Francia es el caso indiscutido de segundo violín, acaso insuperado en el quehacer tanguero por su incuestionable talento en la creación de impecables contracantos, por lo general improvisados en el momento de la grabación, que sobresalen por la brillantez del sonido y la inspirada originalidad de los dibujos melódicos.

Ese hermoso sonar del violín se calló para siempre cuando su ejecutante el tano Manlio Francia nos dejó un 7 de mayo de 1981, hoy en día es difícil encontrar este fenómeno musical para dar ese pie a los cantantes.

ING. Aldo Escobar

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