Se supone que desde el vientre de su madre, doña María Josefa Recúpero, el arte del bandoneón le había sido concedido por Dios y la vida. Su padre, Salvador, quien con su esposa y su hijo Cayetano de 14 años, un día deciden dejar su querida Sicilia y llegarse hasta la Argentina en 1890. Se afincaron en el barrio de Almagro. Salvador enseguida halla trabajo como empedrador de adoquines.
Ya en esta tierra nacen, Graciana, Luciano y más tarde Sebastián, quien luego se sentiría durante la adolescencia, colega de su hermano en el estudio del bandoneón. Al mismo tiempo, comienza sus estudios en el colegio Corvalán, sito donde actualmente se encuentra el hospital Santojanni.
Luciano había nacido un 25 de Septiembre de 1915, fue un bandoneonista, director y compositor argentino de tango famoso por sus canciones junto al poeta Abel Aznar durante la década de 1950. A lo largo de su carrera, ha participado en las orquestas típicas de personalidades tales como José Tinelli, Héctor Pacheco, Florindo Sassone y Alberto Castillo, entre otras. Entre sus composiciones más destacables, figuran los éxitos “Y todavía te quiero”, “Y mientes todavía”, “Y volvemos a querernos” y “Y no te voy a llorar”.
Contó este maestro que Santojanni era propietario de muchas tierras, entre ellas diez manzanas que fueron loteadas y puestas a la venta; la modalidad de pago agrega era, en este caso de $ 23 moneda nacional por mes (imagínate los 0 que tendríamos que ponerle hoy, suma imposible). El terreno tenía como mínimo 70 metros de largo; su padre, con su modesto trabajo de empedrador de adoquines, mantenía a su familia, pagaba el terreno y construía la casa.
Leocata recuerda este tramo de su vida con muchísima emoción: «La quinta que había hecho mi padre, el limonero, los frutales, mi madre con el delantal bordado a mano y mis hermanos menores correteando entre aquel terreno, que en nuestra pequeñez veíamos ¡tan inmenso! «Un día rememora mi padre recibe una carta en donde se le anuncia la muerte del señor Santojanni, y que éste en testamento de última voluntad, decide que todos los compradores de sus terrenos, quedan con las cuotas saldadas. Lo que nos sucedía era oro en polvo y mi madre, emocionada, siempre bendecía esta tierra.
«Aproximadamente a los 13 años, de noche, oía a alguien tocar un instrumento: era el bandoneón, y me iba embelesando desde mi casa, al oír cómo tocaba esa persona a la que ni siquiera veía, pero ese sonido me enamoró». Su hermano Cayetano, conoce a un violinista del Teatro Colón, le habla y, con él, Luciano comienza a estudiar solfeo durante un año. Al concluir, le dijo que ya no le enseñaría más porque sabía el método completo: «Decile a tu hermano que te busque a alguien que te enseñe el bandoneón», le sugirió.
¡Y por supuesto que se lo consiguió! Su nuevo profesor sería José Lopresti; con él estudió un año y medio, y otra vez se vuelve a repetir la misma frase: «Ya no te puedo enseñar más, pero enfrente hay un amigo, Juan Barraco, con él terminarás tus estudios».
Su espíritu apacible pero inquieto, ya se había encargado de que su sueño se hiciera realidad, ya comenzaba a tocar en los cafés y clubes de su barrio, con la orquesta de Juan Pedro Castillo. Los mismos oyentes hacen correr la voz de que había «un chico» que tocaba muy bien el bandoneón.
Es así como llega a los oídos de José Tinelli, quien personalmente fue al café a sacarse las dudas. Al finalizar los temas, se cruza con el joven Leocata y le dice si deseaba ir a Radio Stentor a tocar con él, con su orquesta. Por supuesto, Leocata le contesta afirmativamente, y a los cinco días va a ensayar con: «¡Nada menos que el maestro Tinelli, en su casa! Tinelli en piano y yo en bandoneón».
Un solo día le bastó al director para reconocer sus virtudes; tal es así que al despedirse le entrega todo el repertorio de la orquesta, diciéndole estas imborrables palabras: «Pibe, estudia esto y luego lo ensayamos con la orquesta». Con su genio artístico y mental, en menos de un mes logró estudiar todo el repertorio.
Cinco audiciones semanales en Radio Stentor tuvieron con gran éxito y ya las personas lo pedían, identificándolo a él con la orquesta de Tinelli; con la que también incursiona en teatro, entre 1934 y 1935, primero en el Apolo, con la obra Virgencita de madera, cuyos autores eran los hermanos Ratti. Y en 1936 cambia de teatro y de obra, esta vez en el San Martín de la calle Esmeralda. La comedia se llamaba Espionaje en septiembre. Como primer actor, el popular Pablo Palitos.
«Jamás olvidaré aquella formación primera, ya que constaba de 4 bandoneones, 3 violines, contrabajo y piano con el maestro Tinelli, y por supuesto, las voces de los cantores Rodolfo Martínez y Chola Bosch, quien con el tiempo llegó a ser la esposa de Tinelli; mientras tanto todo se seguía oyendo por Radio Stentor y mi popularidad comenzaba a crecer».
Contrajo matrimonio con Aída Emma Gagliardino el 16 de enero de 1943, con la cual tuvo dos hijas. Luego del éxito con Tinelli, en 1948 presentó “Y volvemos a querernos” en Radio El Mundo, con el cantor Jorge Casal; fue un éxito tan grande, que también decidió grabarlo Osvaldo Pugliese.
A partir de ese momento, comenzó a realizar una seguidilla de composiciones junto al poeta Abel Aznar, con quien registró “Y mientes todavía”, “Y no te voy a llorar”, “Y todavía te quiero”, “Y te tengo que esperar”, “Y todo es mentira”. Entre los años 1944 y 1954, formó parte de la notable orquesta de Alberto Castillo.
Luego, el solista Héctor Pacheco lo convocó para que lo acompañe en lo que serían cuatro años de recorrer emisoras y salones de baile. A partir de ese momento, Leocata decidió formar su propia orquesta. En 1959, debutó con su formación en Radio Belgrano, donde permaneció seis años consecutivos. En sus últimos años se desempeñó como de director del Museo de SADAIC.
Luego de aquella hermosa experiencia de dos años, se incorpora a la orquesta de Florindo Sassone, en la que contribuyó con su arte por más de quince años. En aquellos tiempos Sassone era director orquestal de Radio El Mundo y, por ende, artista exclusivo de dicha radio ¡por quince años!… Con él tuvo por el país giras artísticas que duraban más de 30 días consecutivos en cada provincia. La gente de las provincias deliraba de emoción y entusiasmo; además, Radio El Mundo se oía en toda la nación, y gracias a ella eran conocidos los artistas. Estas giras eran tan agotadoras que sólo podían hacer tres o cuatro al año.
Con Aznar registró “Y mientes todavía”, “Y no te voy a llorar”, “Y todavía te quiero”, “Y te tengo que esperar”, “Y todo es mentira”, “Y rogaré por vos” (vals), “Y no te creo”. También se valió del mismo recurso en “Y uniremos nuestro amor”, con Dastrom; “Y yo tenía quince años”, “Y te acordás que fue una tarde”, y “Y no me cuentes tu tristeza”, con Damián Tucci; “Y fue en aquel mes de mayo”, con Montecchio y Roberto Collia; “Y este es el amor”, con Collia; “Y quiero estar a tu lado”, con Margarita Vasollo; “Y la vida sigue igual”, y “Y para qué seguir fingiendo”, con Oscar Fresedo; “Y mentira fue tu amor”, con Félix Arena; “Y no pudieron separarnos”, con Alfredo Dalton; “Y fue un sueño imposible”, y “Y le canto a mi ciudad”, con Juan Luis Ricardi; “Y estás desesperado”, con Carmen Bove; “Y quiero que vuelvas a mí”, con Diego Schillaci y Miguel Salamó; “Y deshojando el tiempo”, con Selva Pérez; “Y vivamos nuestro carnaval”, con Jacinto Alí; “Y hoy vuelvo a revivir”, con Norberto Roldán; “Y no fue sin querer”, con Jorge Fernández; “Y la quise con locura” (vals), y “Y pretendes que empecemos otra vez”, con Enrique Mora; “Y fue tan solo por amor”, con Jorge Fiorentino.
Otros de sus temas: “Milonga de Buenos Aires”, con Oscar Fresedo; “Fayutelli”, y “Luz y paz”, con Diego Shillaci y Roberto Collia; “Decís que soy muy celoso”, con Sebastián Leocata; “No quiero perderte”, con Horacio Palmeiro; “Muchacha porteña”, con Sebastián Leocata y Jorfer; “Aquel regalo” (instrumental). Deja 50 grabaciones.
Entre los cantores que lo acompañaron tenemos a Oscar Macri, Roberto Chalean, Norberto Roldán y Norberto Natale. En sus últimos años, esta gloria de la música popular argentina, se desempeñó como de director del Museo de SADAIC, y Luciano Leocata falleció un 5 de Junio de 2012.
Ing. Aldo Escobar