El gobierno de Javier Milei intervino la Universidad Nacional Madres de Plaza de Mayo (UNMa), provocando una reacción enérgica de diversos sectores que consideran la medida una violación de la autonomía universitaria.
El jueves 25 de julio, en vísperas de la marcha semanal número 2415 de las Madres de Plaza de Mayo, la ministra Sandra Pettovello anunció la intervención de la UNMa. La medida, calificada de provocativa por muchos, fue firmada por el organismo de Capital Humano, que argumentó la necesidad de designar un nuevo “rector organizador” para continuar con el proceso de normalización de la universidad. La resolución designó a Eduardo Luis Maurizzio, desplazando a la actual rectora, Cristina Caamaño.
El comunicado emitido por las Madres de Plaza de Mayo condenó la intervención, tachándola de ilegal y una agresión contra la autonomía universitaria, que ha sido un principio fundamental en Argentina desde 1918. La organización describió la acción como una maniobra “fascista, negacionista” y prometió resistirla con determinación.
La UNMa fue creada para perpetuar la memoria y lucha de los desaparecidos durante la última dictadura militar en Argentina, convirtiéndose en un símbolo de resistencia y compromiso con la justicia. La intervención ha sido rechazada por la comunidad académica y varios sectores sociales, que defienden la independencia de las instituciones educativas y critican la injerencia del gobierno.
El comunicado de las Madres concluyó con un mensaje de resistencia: “Resistiremos esta acción fraudulenta e ilegítima junto a toda la comunidad de nuestra Universidad. El ejemplo de nuestros hijos nos guía. Su lucha nos llevó a crearla. La detendremos como a su ejemplo”. Este firme posicionamiento refleja el continuo espíritu de lucha de la organización.
