No fue un desliz, ni tampoco una puesta en escena, fue la desidia de una de las peores gestiones de gobierno que vivieron los tucumanos en 20 años o más. En medio de la segunda ola de pandemia, de las advertencias de los especialistas, del tenebroso anuncio de colapso sanitario, el Gobernador Juan Manzur apareció en un emotivo locro militante para la indignación social. Inexplicable porque no hay argumentos que reviertan el Twitter del mismísimo mandatario provincial. Estas actitudes de poder enferman más a los tucumanos que viven y soportan esta realidad pandémica, social e inflacionaria observando como se burlan y abusan del poder. Hace una semana quedaron al descubierto los Comisionados Comunales vacunados y justificados por el Gobernador Manzur como “esenciales”, mientras médicos , docentes y pacientes de riesgo todavía esperan por su inoculación. No por nada el Gobernador Manzur es la segunda persona con más imagen negativa de la República Argentina, mientras gobierna mirando como instalar su reelección indefinida, acomodándose en el gobierno nacional por las dudas no pueda seguir en la provincia. Los tucumanos escriben la historia más triste del norte del país, convirtiéndose en la provincia más insegura, más pobre y de menor progreso nacional.
Ventana del Norte
