En medio de la ola de calor y los cortes de suministro, el Gobierno de Javier Milei decidió frenar los aumentos en las tarifas de luz previstos para febrero. El Ente Nacional Regulador de la Electricidad (ENRE) había informado incrementos de hasta 12,3% para hogares de ingresos medios y 8,4% para sectores de menores recursos, pero la medida fue anulada tras reconocer un “error” en la resolución oficial.
Según el Ministerio de Economía y la Secretaría de Energía, la unificación de bonificaciones en los subsidios debía aplicarse durante todo el 2025 y no solo en febrero, como inicialmente se interpretó. De haberse mantenido, el aumento en la electricidad hubiera quintuplicado la inflación prevista para el mes, que se estima en un 1,5% a 1,6%.
El nuevo esquema tarifario busca estabilizar los valores de la energía y evitar fluctuaciones abruptas. Sin embargo, el trasfondo del ajuste se relaciona con la necesidad de reducir el gasto en subsidios energéticos, una exigencia del Fondo Monetario Internacional (FMI). En 2024, las transferencias estatales al sector cayeron de 9.683 millones de dólares (1,5% del PBI) a 6.252 millones (1%), y para 2025 se evalúa una eliminación total de la segmentación vigente.