Un posible fraude financiero por $500 millones sacude a la Municipalidad de San Miguel de Tucumán. La denuncia apunta a que durante la gestión de Germán Alfaro, el Ejecutivo provincial giró fondos reintegrables y no reintegrables que fueron depositados en una cuenta bancaria no registrada, cuyo rastro desapareció de los libros oficiales del municipio.
La situación salió a la luz a partir de un reclamo de la Provincia por deudas del municipio. Al revisar la documentación, se detectó que la mitad de los fondos girados en 2020 no figuraban en la contabilidad municipal, y que fueron transferidos a una segunda cuenta abierta por nota del entonces intendente. Esta cuenta no habría sido oficializada ni ingresada a los sistemas contables.
Según la denuncia presentada por el fiscal municipal Conrado Mosqueira, respaldada por el letrado Alfredo Falú, el dinero faltante —equivalente a unos U$S 3,8 millones en aquel momento— nunca fue registrado conforme a la normativa vigente. Incluso se señala que se habrían cedido derechos de coparticipación sin autorización del Concejo Deliberante, lo que violaría la Ley Orgánica Municipal.
Desde el entorno de Alfaro, el ex intendente negó tener conocimiento del caso y sostuvo que se trata de una operación política vinculada al proceso electoral actual. La gestión actual evalúa presentarse como querellante en la causa, que hoy está en manos del fiscal regional Fernando Blanno, aunque sin avances notorios.