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sábado, julio 12, 2025
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El drama de la periodista Mariana Romero

La colega de Los Primeros y América suele cubrir todo tipo de manifestaciones populares en distintos puntos de Tucumán. Esta parecía una cobertura más de tantas, pero las cosas se fueron complicando hasta convertirse en una verdadera pesadilla y hoy rompe el silencio.

La periodista Mariana Romero se caracteriza por su omnipresencia en diferentes puntos de Tucumán con coberturas que suelen visibilizar algunos dramas de los sectores más populares. 
Esta vez la portagonista del drama es de ella misma que recibió lo que considera una “venganza” al intentar cubrir una protesta de los familiares de un joven víctima de un crimen: “Diego Escobar fue asesinado en su casilla, en la zona de Avenida Jujuy al 3.600, en San Miguel de Tucumán. Lo quemaron vivo”, recuerda Mariana.
“Todo comenzó en noviembre de 2020 cuando, con nuestro equipo periodístico de Los Primeros, fuimos asaltados a punta de pistola en una cobertura. En aquella oportunidad, la Policía, nos ofreció protección policial para aquellas coberturas que deban realizarse en zonas peligrosas. Se nos indicó que, previo a llegar al sitio, pasemos por la comisaría correspondiente a pedir que un efectivo nos acompañe o, en su defecto, citáramos a los entrevistados en la puerta de las dependencias policiales. En algunas oportunidades lo hicimos, sin ningún inconveniente”, explica la periodista.
Entonces, ante la marcha de los familiares de Escobar, Romero y su equipo de trabajo quisieron echar mano a ese recurso que ya les había funcionado: “Como la zona es complicada en materia de inseguridad, fue a la comisaría 9 a pedir presencia policial para que pudiéramos cubrir la protesta con tranquilidad”.
“El resultado: la marcha se hizo sin custodia y yo terminé acusada penalmente por instigación pública, delito que prevé una pena de dos a seis años de prisión”, adelanta.
¿Qué sucedió? Mariana Romero tiene la respuesta: “Cuando Mariela Abregú (madre de Diego Escobar, joven asesinado) pidió a Los Primeros cobertura para la marcha por justicia para su hijo, el 29 de abril, originalmente había planeado la protesta en la puerta de la comisaría 13. Yo me comprometí a cubrirla. Sin embargo, la madre cambió de opinión al enterarse que el acusado del crimen de su hijo no estaba alojado ahí y resolvió hacerla en Jujuy al 3.600”.
“Entonces, le dije que no me sentía segura para presentarme en la zona, dado que -además de ser muy insegura- ya había recibido algunas agresiones por parte de vecinos enojados porque el día del crimen no llegué a tiempo mientras se producía el incendio que mató a su hijo. Mariela Abregú, entonces, se dirigió a la comisaría 9 para pedir que un móvil policial vaya a la marcha, con el objetivo de que me sintiera segura para poder ir con los equipos a transmitir en vivo”, relata.
Es aquí donde se produce el inconveniente que termina con la periodista acusada: “Según el relato de la mujer, en la comisaría escucharon su pedido y elaboraron un escrito, que le hicieron firmar sin leer. Le aseguraron que se trataba de un acta de pedido de custodia. El escrito, sin embargo, contenía expresiones que la mujer asegura no haber declarado jamás: ‘La periodista Mariana Romero también me dijo en varias oportunidades que lo mejor es que la gente se traslade a la puerta de la comisaría para que la marcha sea multitudinaria’”, cuenta.
A las pocas horas trascendió que se había iniciado una causa penal contra Mariana Romero por el delito instigación pública: “Ese delito prevé una pena de dos a seis años de prisión para quien públicamente instigare a cometer un delito determinado contra una persona o institución”, explica.
Según la madre del joven asesinado, ella recurrió a la Comisaría  para que la periodista se sintiera cómoda y realizará la cobertura de la marcha, pero jamás hizo una denuncia.
Al enterarse de que su pedido había sido utilizado para acusar penalmente a la periodista, la mujer fue a reclamar a la Comisaría y recibió la siguiente explicación: “Me dijeron que ya habían tenido problemas con la señorita Mariana, que la señorita una vez fue con varios vecinos a patear la puerta de la comisaría”, dijo la mujer y agregó que le ofrecieron una nueva denuncia contra Romero.
“Me siento decepcionada con la Justicia, yo ya no sé si confiar o no. Que la Justicia me haga esto, yo yendo a pedir que me hagan un favor, que se haga presente la Policía ahí para que me hagan una nota para pedir justicia por mi hijo; que ellos me hagan esto no. Está mal”, señaló Abregú.
Una vez que la periodista difundió la acusación, la causa quedó guardad en la misma comisaría, pero el abogado de ella insistió en que la remitiera a la fiscalía para poder ejercer la defensa.
“Finalmente, el martes 3 de mayo, lo logró. La denuncia entró al Ministerio Público Fiscal, que la archivó de inmediato. Yo misma pedí que la causa salga de archivo y continúe su curso, con dos objetivos. El primero, ser sobreseída. El segundo, que se investigue si los policías cometieron el delito de falsificación de instrumento público, al escribir cosas que la mujer no dijo y al dejar consignado que el documento le era leído en voz alta antes de hacerla firmar, cosa que no ocurrió”, indica Mariana Romero.
“Además, presentó en el marco de la causa la declaración de Mariela Escobar, en la que la mujer afirma que no declaró en la comisaría lo que los policías escribieron y le hicieron firmar sin leer”, añade.
La periodista entiende esta situación como una venganza a algunas de sus coberturas: “Yo fui a trabajar a varias manifestaciones en esa Comisaría, pero recuerdo una en particular, que fue tras el asesinato de don González, un vendedor de bollos”.
“Esa vez, salió el Comisario  y nos dijo que solo iba a atender a los familiares de la víctima, el resto de los vecinos pedían que los atienda a todos, porque todos padecen la inseguridad, pero se cerró en que atendería solo a los familiares. Quedamos ahí afuera, tampoco dejó entrar a la prensa, entonces mi compañero, el camarógrafo de América Noticias abrió la puerta sin pedir permiso y salieron los policías a empujarnos. A ese episodio se refiere cuando dice que yo ‘le pateé la puerta’”.

Para la periodista esto “sienta un precedente grave, desalienta a los cronistas que quieran cubrir reclamos contra las autoridades ante el temor de verse imputados en causas penales. Es colocarle a la prensa una Espada de Damocles”.
“No podemos permitir que policías inescrupulosos utilicen a víctimas de delitos para vengarse de coberturas que los dejaron mal parados, ni que falsifiquen instrumentos públicos, ni que persigan penalmente a quienes piden seguridad”, cerró.

Fuente: El Tucumano

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