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viernes, marzo 29, 2024
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“Educación Pública Presencial o NO en Tucumán”

Hoy tenemos una nueva discusión, con grieta o sin ella, pero pasa que estamos nuevamente atascados, enfrascados en algo muy trascendente, si acaso debemos o no abrir las escuelas.
Y esto, que no debiera estar en cuestión, pasa por el meridiano político que nos vuelve a dividir.
La preocupación debiera estar centrada en cómo generamos las condiciones para recibir, contener y acompañar a nuestros chicos en el ámbito que les garantizará Educación y Libertad. No vamos a descubrir nada nuevo si mencionamos la importancia del contacto social y el encuentro real que se da con la presencia en las aulas, pero parece que tenemos que decirlo. Entonces nos debiéramos sentir obligados a resolver lo previo, necesario e indispensable para garantizar esa asistencia a las escuelas y no discurrir si se abren o no.

Escuela Patricias Argentinas. Créditos fotografía: La Gaceta

Ya hace un tiempo, una especialista universitaria, muy querida en nuestra comunidad de la UNT, Clotilde Yapur, Magister en Educación, se refería a la relación de la institución-escuela y el compromiso educativo, expresada en distintos trabajos, escritos y publicaciones, en particular, en el suplemento Tucumanos de La Gaceta, 26 de agosto 2012:
“El aprendizaje es proceso, es historia, es trascurrir. A veces uno aprende por el solo hecho de estar. Cuando hay ruptura, los efectos son fatales”.
Y continuaba la especialista en esas reflexiones mencionadas: “Cuando se pierden días de clases, en realidad los alumnos pierden mucho más. Con la ausencia del docente, el estudiante pierde en el proceso mental, en el proceso social de su grupo de aprendizaje, en la cuestión interactiva con sus docentes y, sobre todo, pierde hábitos”.

Clotilde Yapur

Muchos docentes explican y dan detalles que efectuaron en 2020 mucho mayor trabajo y esfuerzo personal, intelectual y económico, de lo que hubieran concretado en tareas en las escuelas, demostrando vocación y fuerte compromiso social ciudadano. No es eso lo que se discute aquí y claro que se valora esos esfuerzos individuales, que incluyen a las familias, que tuvieron que adecuar las condiciones en sus hogares para que sus hijos puedan aprender en esta contingencia. En ambos casos, con ningún apoyo del Estado. Lo que está en evaluación en este asunto, es si con esta modalidad, aplicada como única en el mundo, en la que se hayan cerrado todo un año los establecimientos formativos, logramos los resultados educativos que se esperan. Ninguna otra experiencia se dio como aquí en Argentina, Ni siquiera en países con situaciones mucho más críticas frente al Covid.
Y por decisión gubernamental, nos aprestamos a repetirla en este ciclo lectivo que comienza. Se dice que las escuelas No están en condiciones. Y claro que esto es así, lamentablemente. No lo podemos negar. Por eso mismo lo denunciamos, quienes hoy tienen la responsabilidad institucional de hacerlo, se aseguran que nunca, o al menos por un largo tiempo, las Escuelas No estén en condiciones. Ni siquiera las malezas fueron cortadas. De pinturas, limpieza o desinfección, mantenimiento de la infraestructura ni hablemos. Y las vacunas al personal Docente? Tampoco hay respuestas, aunque los Intendentes, Delegados Comunales y sus colaboradores políticos sí que encontraron las pocas dosis que están en circulación. Entonces aparecen los burócratas sindicales de siempre, los muy interesados en acuerdos de altas esferas, justificando esta crítica realidad, que de ninguna manera esperan modificar. A esta historia ya la conocemos. No es nuevo si decimos que se dejan caer los servicios públicos del estado para justificar luego acciones que caen por su propio peso, léase privatizaciones o tercerización subsidiada con nombre y apellido. Y en ese juego cínico y mal intencionado nos vemos envueltos muchos que de buena fé entendemos que hay instancias previas y necesarias por cumplir.
Reiteramos, a esta historia ya la conocemos. Luego de décadas de abandono y mal uso de nuestros FFCC, se los malvendió, con acuerdos y avales de los burócratas sindicales de entonces, luego “Prósperos Empresarios”, y hoy vemos que en todo el mundo, los ferrocarriles son explotados por el Estado, del color político que fuera su gobierno, como una herramienta de transporte económico y de desarrollo local. No en Argentina. No en el norte al menos, demostrándonos que la utopía de un país federal sigue siendo el gran sueño.

Esc. de Monteros, Tucumán

Pero volvamos a la educación en nuestro país.
El aula es también, un espacio de contención en un escenario complejísimo. La pobreza hace estragos, en mayor medida en niños, adolescentes y jóvenes. Los chicos y chicas del secundario sufren suicidios, embarazos no deseados, abortos, consumen alcohol, porros, paco y pastillas. Sabemos que incluso a veces agreden a sus mismos docentes, y esto sucede en escuelas públicas o privadas; laicas o confesionales. Definitivamente, no es un fenómeno exclusivo tucumano. Justamente por eso insistimos, debemos recrear las condiciones para garantizarles un espacio para la Educación y la Libertad, la solidaridad y el compromiso ciudadano. El Estado debe recuperar y fortalecer los espacios y proyectos educativos que fueron ejemplo a nivel mundial, las escuelas técnicas, agrotécnicas y experimentales que nos permitan reconquistar la escuela pública de calidad y excelencia que tuvimos.

La caminería es ganada por el pasto en la escuela Nicolás Avellaneda, en Roca y La Rioja. LA GACETA

Mientras tanto, el docente corre una carrera indigna, sumando horas cátedra aunque sea en diferentes escuelas, en el afán de garantizar un necesario ingreso salarial, a costa de ganarse también el estrés que los mantiene al borde del ataque de nervios o llenar una lista de pedidos de licencias médicas para tratar de contrarrestarlo. A la vez, se les pide creatividad, empatía y estrategias innovadoras, con un muy magro salario y escaso apoyo institucional.
El uso de las nuevas tecnologías ha sido la gran herramienta superadora para cubrir la ausencia del aula y el cómo emplearlas con eficacia ha sido el desafío de cada docente durante la pandemia. Pero la presencia es necesaria y queremos recuperarla. Las autoridades debieran preocuparse de acordar y sugerir los protocolos adecuados, sin tomar decisiones arbitrarias e inconsultas. Y permitir que aquellas instituciones que puedan hacerlo, lo concreten. Siempre cumpliendo con esos protocolos indicados de salud, que garanticen la seguridad de toda la comunidad educativa. Allí van nuestros esfuerzos.

José Ganim

joseganim@yahoo.com
 

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