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miércoles, abril 17, 2024
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DOMINGO FEDERICO, “Un intérprete genuino de los clásicos del tango”

Domingo Federico nació en Buenos Aires, un 4 de junio de 1916 , en la zona de Palermo Viejo, fue un compositorbandoneonista y director de orquesta argentino, se inicia con diez años en el bandoneón y en violín, guiado por su padre Francisco, en Carmen de Patagones. Vivían allí habiéndose mudado de Buenos Aires. Luego regresan nuevamente a la Capital Federal, donde reinicia el secundario.

Aprendió violín de su padre, luego el piano y el solfeo. La familia después se radica en Carmen de Patagones, la ciudad más austral de la provincia de Buenos Aires, y el papá don Francisco compra un bandoneón y comienza a estudiar el instrumento ante la mirada atenta de su hijo Domingo. Se repite la historia del violín.

El bandoneón lo atrapa definitivamente y además de las clases que recibía de su papá, adquiere libros de método para su aprendizaje.

A los dieciséis años, junto con su hermana Nélida, a quien Domingo la había iniciado musicalmente, formó el dúo Federico para tocar en escenarios céntricos, en diferentes radios de Buenos Aires y en alguna que otra gira por el interior del país.

El entusiasmo por el tango y la buena aceptación del público, hicieron que abandonara sus estudios universitarios para dedicarse de lleno a la música. Empieza a componer y escribir sus propios temas, se convierte en un buen arreglador y arma una orquesta de señoritas, donde su hermana tenía el papel más destacado.

Se perfecciona con Pedro Maffia, atiende su primera orquesta, en 1932. Luego dirige una “Orquesta de Señoritas”, donde participaba su hermana Nélida Federico, también al bandoneón.

Actúa con las orquestas de Alejandro ScarpinoRicardo Luis Brignolo. Un gran salto a la fama ocurre al entrar a la de Juan Canaro, grabando, y participando de abundantes actuaciones.

En la Orquesta de Miguel Caló, ingresa como 1er bandoneonista, y con Enrique FranciniArmando PontierOsmar Maderna, es la “Orquesta de las Estrellas”.

Conoce a Homero Expósito, conjugando música y poesía. Produjeron estos magníficos tangos que al día de hoy son éxitos totales: Al compás del corazón, Yuyo verde, Percal, Tristezas de la calle Corrientes,  A bailar, Yo soy el tango…

Fue director musical de varios filmes, e incluso actuó. También fue director de Comedias Musicales, representadas en teatros de Rosario.

Con respecto a los bailes y a las costumbres del año 40, el propio Federico nos relata: «en esos años había tres tipos de público. Un sector que venía a escuchar y otro sector de bailarines, en proporciones que variaban de acuerdo con las características de la orquesta, en nuestro caso la cosa era repartida. Y un sector universal: las madres. 

Las madres eran un cordón que rodeaba el baile, más visible en los clubes de barrio y más diluido en los grandes salones, pero siempre presente. Estaban de custodia. Qué cómico: si a la salida del baile, uno le rozaba un pelo a una chica, te mataban; y resulta que, bailando, te la podías llevar hasta la casa».

Fue conferencista en temas de la sociología del tango; socio fundador de SADAIC, integrando su directorio; Presidente del Consejo Panamericano de la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores (CISAC); Presidente del Consejo Panamericano de Autores y Compositores.

El 16 de junio de 1943 debuta con su orquesta, teniendo abundantes cantores: Carlos VidalOscar LarrocaArmando MorenoEnzo ValentinoMario Bustos.

En 1944 hace su primer disco que tenía de un lado su tango instrumental “Saludos” y en el acople, “La culpa la tuve yo”, con la voz de Ignacio Díaz, siendo ésta la única grabación del cantor con la orquesta.

«De 1941, es también “Yo soy el tango”, con letra de Homero Expósito. Fue la primera grabación de Troilo con el cantor Francisco Fiorentino».
En 1943, se separa de Caló para formar su propia orquesta, con la que debuta con mucho éxito en el café Select Buen Orden, junto con sus cantores Alberto Tagle y Alfredo Castel. Como dato curioso podemos señalar que el contrabajo estaba a cargo de su padre, quien insaciable en su búsqueda, también había aprendido a dominar este instrumento.

La orquesta estaba integrada por Domingo Federico, como primer bandoneón y director; los bandoneones de Eduardo Cortti, Priori y Thompson; Enrique Cantore, Pando, Tallaferro y Ternaski en violines; Mario Garcés como pianista y en el contrabajo Francisco Federico.

Además de Alberto Tagle y Alfredo Castel, tuvo como vocalistas a Ignacio Díaz, Carlos VidalOscar LarrocaMario Bustos, Hugo Roca, Enzo Valentino, Dante Rossi, Carlos Valdés, Armando Moreno, Rubén Sánchez y Rubén Maciel.
De todos ellos, Carlos Vidal fue sin duda el más representativo. El que impuso toda su personalidad, en versiones que quedarán imborrables en el recuerdo, tal el caso de los tangos “Yuyo verde” y “Yo”.

Grabó más de cien composiciones, pero solo la discográfica mantuvo dieciocho matrices, hoy piezas de colección.

Como ya dijimos, Federico fue un melodista excepcional, un gran compositor. De su obra se destacan, además de los tangos ya mencionados: “Con el mayor gusto”, “Déjame volver para mi pueblo”, “Futuro”, “La noche y marfil”, “Tropical”, “Cosas del amor”, “Para usted amigo” y en su última etapa: “Fueye azul”, “Tango íntimo”, “En la calle”, “Dibujos”, “A María Rosa”, “Muy suave”, “Pachito”, “Un cigarrillo muerto”, “Memorias”, entre otros.

Luego vendría su definitiva radicación en la ciudad de Rosario, allá por el año 1957, donde se casa y forma una nueva orquesta con destacados músicos rosarinos y las voces de Rubén Sánchez y Rubén Maciel. 

También actúa, en radio, en televisión, hace grabaciones para los sellos Victor, Embassy y Rosafon, y ameniza bailes, teatros y comedias musicales muchas veces con una formación más pequeña, un trío denominado Trío Saludos.

Antes de su última experiencia orquestal había realizado 45 giras por la Argentina y países latinoamericanos y 120 recitales en el Japón, primero como bandoneonista de la orquesta de Francisco Canaro en 1961 y luego al frente del Quinteto A Lo Pirincho.

Relata Ricardo Barbieri (revista Tango y lunfardo Nº 55): «después de una brillante trayectoria, en el año 1963, Domingo Federico fue requerido nuevamente por Miguel Caló, y junto a Armando PontierEnrique FranciniRaúl Berón y Alberto Podestá entre otros. 

Reflotan nuevamente la Orquesta de las Estrellas, conjunto que debutó en Radio El Mundo, animando las audiciones de los lunes y los jueves a las 21, en un ciclo que habría de durar tres meses, temporada en la que se estrena un nuevo tango de Federico y R. Koy, titulado “En la calle”, con la voz de Raúl Berón, obra que más tarde, junto a once composiciones más, conformaría el único LP que esta orquesta grabara en el sello Odeon. Además el conjunto actuó en canal 9 y amenizaron distintos shows».

De esta etapa nos cuenta Sara Ribot (revista Tango y lunfardo Nº 55, Chivilcoy, 23 de mayo de 1990): «Un dato curioso se dio con el estreno de su tango “Al compás del corazón (Late un corazón)”. 

Recién ingresado Federico al conjunto de Miguel Caló le mostró su tango a sus compañeros y fue muy aceptado. Los integrantes de la orquesta querían tocarlo, pero los cantores Raúl Berón y Alberto Podestá dudaban, porque no conocían bien la letra aún. Un buen día, decidieron estrenarlo sin consentimiento de Caló, a manera de travesura. 

El director no solía ir por la tarde a la confitería donde actuaban. Como los cantores no querían interpretarlo, uno de los más entusiastas con el tango, Enrique Francini, decidió hacerlo. Así fue el improvisado debut de este tango, con gran aceptación del público, que pedía volver a oír la pieza. Cuando llegó Caló y el público le pedía el tema, este no sabía de qué se trataba, pidió escucharlo e inmediatamente lo incorporó al repertorio».

En Rosario se entrega a su vocación de docente en la Universidad y dirige una orquesta conformada por sus alumnos.
«Yo quería formar una orquesta de jóvenes, y acá está: Orquesta Juvenil de Tango de la Universidad Nacional de Rosario. Si algún pequeño mérito me cabe, es el de haber hecho a esta gente al tango. Ellos tienen una formación musical académica muy sólida, te leen la Biblia. Pero era necesario llevarlos a entender aspectos del lenguaje del tango, los valores y los fraseos que tenemos. Y respondieron muy bien».

Aún, muy poco antes de morir, con 83 años estaba frente de su Cátedra Universitaria de Bandoneón, única y primera del mundo, grabando con la “Orquesta Juvenil de Tango” de la Universidad Nacional de Rosario, que él había creado en 1994, y estaba preparando actuaciones para el 30 de abril de 2000, en el Teatro El Círculo, cuestión que no lo pudo concretar. 

Domingo Federico fue un grande entre creadores del tango y su obra es de tal calidad que, muchos de sus temas se convirtieron en genuinos clásicos del género y un 6 de Abril del año 2000 nos deja para siempre.

Ing. Aldo O. Escobar

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