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sábado, julio 27, 2024
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¿Cómo cuidar y proteger del sol la piel de los niños para evitar lunares?

El verano trae consigo la predisposición a la exposición solar, en especial la de los más pequeños, favoreciendo a la aparición de lunares malignos a causa de la radiación ultravioleta, siendo esta la primera causa de cáncer de piel.

Determinados tipos de lunares pueden llegar a ser el preludio de un posible cáncer de piel. De allí que la prevención, el control y el cuidado de los mismos frente a la exposición de los rayos solares es de vital importancia.

En general los padres recurren a la consulta con el especialista recién cuando observan alarmados manchas en la piel del niño, después de una exposición solar prolongada”, dijo la médica dermatóloga del área de pediatría del hospital del Niño Jesús, María José Fiandrino.

“Los niños con lunares de tamaño considerable siempre deben tomar mayores medidas de precaución ante la exposición solar y consultar a un especialista para su chequeo cada seis meses con un dermatoscopio”, añadió la especialista.

Tipos de tumores de piel

Son tres: carcinomas basoceluares, espinocelulares y melanomas. Sin embargo, la buena noticia es que, detectados a tiempo, en la mayoría de los casos tiene cura.

En la consulta con el dermatólogo se determinará si la aparición de esas manchas o lunares requieren de un cuidado o seguimiento especial de acuerdo a cada caso.

En realidad tanto niños como adultos, tengan o no lunares, deben tomar precauciones ante la irradiación solar y consultar a un especialista para que le indique el tipo de protección que necesita”, explicó la doctora Fiandrino.

Otro de los aspectos que inciden en la aparición de lunares, manchas o lesiones en la piel tiene que ver con la exposición solar en horarios no permitidos (de 10 a 16 horas) aun con protección solar.

“Nosotros siempre insistimos en la protección solar de los niños porque es importante saber que muchas veces el daño es acumulativo e irreversible, y como la piel tiene memoria, la radiación acumulada es irreparable y no se ve de forma inmediata sino mucho tiempo después”, agregó Fiandrino.

La especialista contó que en la consulta se evalúan cuatro cosas denominadas “reglas del ABCD”. A: que refiere a la asimetría (es decir que una mitad no sea diferente a la otra); B: que se atribuye los bordes (porque no es lo mismo tener un lunar redondito a uno con bordes angulosos); la C de color y D de diámetro (ya que más de cinco milímetros es sospechoso y puede ser un melanoma).

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