El Gobierno busca evitar un impacto bancario y financiero por la renuncia de Guzmán. El Banco Central decretaría un cese de actividades. Qué alcance tendría en trámites y depósitos.
El Gobierno, y en particular el Banco Central, evaluaba suspender este lunes la actividad en las sucursales bancarias en medio de la incertidumbre económica y política por el recambio de gabinete tras la salida de Martín Guzmán. Si la decisión es a favor del feriado, sería la primera vez que habría una medida de este tipo desde abril de 2002.
Para evitar un efecto pánico en los bancos, el BCRA analizaba en estas horas bajo qué condiciones debería o no decretar en las próximas horas un cese de actividades en el primer día hábil de la semana, con la expectativa de tranquilizar la volatilidad financiera y cambiaria que se espera como respuesta a la salida de Martín Guzmán del equipo de gobierno y ante la incertidumbre de la continuidad del plan económico de la Casa Rosada y el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
¿Qué pasa su hay feriado bancario?
Típicamente, un feriado bancario implica la suspensión de la mayor parte de los trámites que se pueden hacer en las sucursales bancarias. Algunos de los feriados bancarios habituales que forman parte del calendario anual son los del Día del Bancario y durante los días de Fiestas, en Navidad y Año Nuevo. La última vez que un Gobierno tuvo que acudir a un feriado bancario por decreto fue el 25 de abril de 2002. El primer cuatrimestre de ese año fue particularmente agitado y el BCRA debió recurrir a instituir feriado bancarios los días 4 y 5 de febrero, mediante la circular Runor 1-512, que luego extendió a los días 6 y 7, mediante la Runor 1-515. Luego, en abril, otra circular instituyó el feriado bancario del 25 de abril, el último, fuera del calendario de feriados nacionales, que hubo hasta hoy. En diciembre de 2015 la administración entrante, decidida a levantar el corralito, como efectivamente hizo, se opuso a instituir feriados bancarios, porque su objetivo era transmitir la idea de total normalidad.
En términos generales, un feriado bancario implica la suspensión de: servicio de pago de jubilaciones y pensiones; retiros de efectivo de las cuentas en las que se acreditan remuneraciones y haberes previsionales y de otras cuentas, con sujeción a los límites de extracción vigentes que resulten aplicables en cada caso; transferencias de cuentas de empleadores a cuentas de trabajadores para acreditar remuneraciones.
Tampoco se habilitaría otras operatorias como: cobro de facturas de servicios públicos e impuestos, en las siguientes modalidades: efectivo, extracción y simultánea aplicación del importe, tarjeta de débito y cheque; recepción de depósitos en efectivo y en cheques; transferencias entre cuentas en pesos, de un mismo o distintos clientes y en una misma o distintas entidades; servicio de cajas de seguridad; débitos directos en cuenta para el pago de servicios públicos, impuestos y otros conceptos.
Por otra parte, tampoco sería posible concretar trámites como la liquidación de operaciones realizadas por clientes a través de redes de cajeros automáticos y compras en comercios, mediante tarjetas de débito y de crédito, con registro en las cuentas de clientes; transferencias entre cuentas corrientes de una misma entidad financiera, abiertas en el Banco Central, para la cobertura de saldos en las cuentas especiales de garantía para atender los ciclos de compensación diaria; transferencias entre cuentas de entidades financieras abiertas en el Banco Central; cierre del ciclo de compensación (cheques, transferencias y débitos directos) pendiente a la fecha.
En las últimas horas la posibilidad de un feriado bancario apareció con fuerza en la mesa de análisis del Gobierno, para intentar evitar un impacto considerable en términos cambiarios y bancarios, con los depósitos como termómetro principal. Según afirmaron fuentes oficiales, este domingo el presidente del Banco Central Miguel Pesce se mantuvo en contacto con el presidente Alberto Fernández y otros funcionarios y sostuvo conversaciones con las principales cámaras del sector bancario.
El BCRA analiza bajo qué condiciones debería decretar un feriado bancario. Según una alternativa que se barajaba entre los despachos oficiales, esa opción aparecería como necesaria en caso de que el Gobierno no pudiera nombrar un nuevo ministro de Economía antes de la apertura de la jornada financiera y bancaria del lunes.
En caso de que decidiera avanzar con esa medida drástica, se sumaría de esta forma al feriado del 4 de julio en el mercado norteamericano, lo que prevendría un impacto en los activos argentinos que cotizan en Wall Street.
FUENTE: Infobae


