Por Martín Faciano
Con la llegada del macrismo al poder no solo el peso argento ha experimentado su máxima devaluación en la historia argentina, también lo ha hecho la Confederación General del Trabajo (CGT), central obrera que este lunes 25 llevará a cabo lo que posiblemente sea su último Paro General, antes de que se produzca el recambio de autoridades en el mes de agosto.
El Paro dispuesto por la CGT, será en formato dominguero, sin movilización y sin actos, porque pareciera ser que la conducción cegetista pretende aplicar hasta último momento su economía de fuerzas.
Lo que por estas horas resulta inconcebible, es que a menos de 48 horas del Paro General, el Secretario General de UTA Nacional, Roberto Fernández, todavía no se haya despegado de la medida de fuerza saliendo a garantizar el normal funcionamiento de los colectivos. Quizás un factor determinante en la postura del tranviario haya sido que esta semana se dió a conocer que su hijo forma parte del Gobierno porteño en manos del macrismo larretista. Quizás sea casualidad, pero en el mundo de las viejas mañas sindicales, todo tiene que ver con todo.
Pero, el triunvirato, con sus idas, sus vueltas y sus internas, como etapa se ha agotado incluso antes de aquella célebre movilización del 7M en la cual Daer, Schmid y Acuña tuvieron que irse custodiados, luego de perder el histórico atril cegetista con los manifestantes que le dieron cuerpo a la masiva protesta, en la cual las bases presionaron a la conducción para que fije la fecha de un Paro General. La respuesta, llegaría con el Paro sin movilización anunciado para el 6 de Abril siguiente.
Sin duda alguna los condicionamientos judiciales y las promesas de liberación de fondos para las obras sociales de extracción gremial, han sido las principales variables por las cuales los triunviros han terminado siendo tan funcionales a la campaña antisindical impulsada desde el Gobierno Nacional, la cual terminó calando tan hondo en la opinión pública promedio, como en un gran sector de la clase trabajadora que hoy mira con desconfianza a los popes sindicales, mientras se pregunta si realmente merece la pena la pena pagar la cuota sindical.
Por lo pronto, habrá que ver como se reacomoda la dirigencia sindical que pareciera haber quedado en off side luego del acuerdo paritario alcanzado por el histórico líder camionero Hugo Moyano, quien pese a haberse alejado de la central obrera, ha logrado dotar de mayor legitimidad y fuerza al sector de los dirigentes con perfil más confrontativo, donde se encolumna su hijo Pablo Moyano.
FUENTE: Gremiales Tucumanas