La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó que una de cada 7 personas en el mundo sufre problemas de salud mental. Esto equivale a más de mil millones de personas que conviven con ansiedad, depresión u otros trastornos. Además, la cifra viene en aumento en la última década.
Según el informe, las mujeres son las más afectadas: 14,8% frente a 13% de los hombres. La pandemia de COVID-19 agravó las diferencias. En 2020, la depresión creció casi un 30% en mujeres y un 24% en hombres. La ansiedad mostró un comportamiento similar.
El impacto no se limita al plano personal. También existe un fuerte costo económico. La OMS calcula que la ansiedad y la depresión provocan pérdidas anuales por un billón de dólares en productividad. Por otra parte, el suicidio suma una alarma mayor: en 2021 causó 727.000 muertes, siendo una de las principales causas de muerte entre jóvenes.
Además, el documento “Salud mental mundial hoy” y el “Atlas de Salud Mental 2024” señalan que los trastornos son la segunda causa de discapacidad a largo plazo en el planeta. Sin embargo, los países de ingresos bajos y medios destinan apenas un 1,4% de sus presupuestos sanitarios a este tema.
La OMS enfatizó que la salud mental debe considerarse un derecho fundamental. Por lo tanto, pidió a los gobiernos invertir más recursos, ampliar la prevención y garantizar el acceso a tratamientos de calidad. De lo contrario, millones de personas seguirán sin recibir ayuda.
