Al ritmo de la flexibilidad por la que atraviesa la provincia de Tucumán, la delincuencia volvió con mucha más fuerza y presencia. Los robos , arrebatos, rompe vidrios, escruches, descuidos y muchas metodologías más lo padecen los tucumanos. Basta con observar el repudio y los relatos en las redes sociales o charlas cotidianas donde las víctimas manifiestan el terror vivido en manos de despiadados delincuentes.
Las leyes impuestas por la Legislatura ya se diluyeron en la cotidianeidad de nuestros comprovincianos sobre todo los de la capital. Ya no hay controles intensos para motociclistas que debían emitir permiso para circular de a dos, al igual que el fallido proyecto del chaleco refractario que intentó el Concejo Deliberante Capitalino.
La delincuencia ya encontró normalidad y actúa de nuevo con más impunidad y menos controles sobre ellos, lo que preocupa es la falta de reacción en proyectos concretos por parte del estado.
Willy Fanlo
