Natalia Padilla había cumplido 42 años tres días antes de que la asesinaran. Una puñalada en el pecho terminó con su vida la madrugada del 12 de octubre de 2016 en el barrio Artigas de Córdoba. Después de dos años empezó el juicio contra su pareja, el único acusado por el femicidio.

Durante la declaración de una de las hijas de la víctima, el fiscal Sergio Ruiz Moreno le preguntó: “¿Tu mamá se vestía provocativa?”. Si bien fue la pregunta más chocante del funcionario judicial, no fue el primer interrogante llamativo que se planteó en lo que va del proceso, donde intentan avanzar sobre cuestiones personales tales como si la mujer tenía amantes, su personalidad, su estilo y con quiénes se relacionaba.

“Sinceramente creo que son preguntas que no vienen al caso. No me puede preguntar si mi mamá se vestía provocativa”, dijo la chica a los medios locales. En la misma línea se expresó el abogado que representa a la familia quien, en diálogo con La Voz, señaló: “No creo que haya mala voluntad en las preguntas. Hay quizá falta de tacto o hasta cierta torpeza”. Sin embargo, fue la opinión de un policía que custodiaba la sala la que definió mejor la sensación que atravesó a los presentes. “No dejan de matarla…”, afirmó.

Aunque no está claro cuál es el interés por demostrar si Natalia tenía, o no, otras relaciones, lo que sí se pudo demostrar durante el juicio es que Walter Daniel Sánchez es una persona violenta que “llegó a matar al gato en una discusión” y, en otra oportunidad, “lanzó al perro bóxer contra una pared”. Si la Justicia lo declara culpable del crimen de su mujer enfrentará una condena a prisión perpetua.