Una señal de la tremenda crisis económica e inflacionaria que atraviesa el país se manifestó en Tucumán, el cierre definitivo de BGH fue el resultado de muchos fracasos en cuanto a medidas que se tomaron en perjuicio del sector productivo.
La libre importación de productos como la fruta, electrodomésticos y otros artículos fueron acabando con las industrias nacionales y por consiguiente con los trabajadores de las mismas.
En el NOA, la caída de los ingenios reviven el mal recuerdo de la crisis histórica del sector azucarero, el cierre del Ingenio Santa Bárbara en Salta, los incidentes en el Ingenio la Esperanza de Jujuy y el ingenio San Juan, en nuestra provincia sin dueño todavía, encienden una alarma en el centenar de familias que viven de la producción azucarera.
Un aliciente fue la promesa del biodiesel pero el gobierno nacional encareció el combustible convirtiéndolo en innegociable.
La inflación que ataca al país en general, sin distinción de rubro, es mirada de reojo por los economistas afines al Gobierno Nacional. Es evidente que han fracasado y se han cansado de pensar en tan solo dos años de gobierno. La cartera económica cambió de actores, el desplazado Alfonso Prat Gay pagó con su cargo los delirios de la devaluación y el dólar. Hoy el ministro de hacienda Nicolás Dujovne parece sufrir los mismos síntomas al decir que en materia de producción somos un país en crecimiento. Sin dudas que para opinar así no se situaron siquiera en el ámbito regional de la República.
Se ha visto que en el NOA cierran los ingenios, también se vio que el ingreso de fruta chilena golpea a Cuyo, la desvalorización de la madera y yerba mate preocupa al NEA, los tamberos del centro prácticamente regalan su leche a los supermercadistas; y así perdemos en estos tiempos las históricas fuentes de trabajo que supimos tener.
Solo se salvan las mineras y la soja que por consiguiente son capitales extranjeros exentos de impuestos por el gobierno nacional.