El recital de Calamaro en el Palacio de los Deportes marcó un antes y un después en la zona. Vecinos de barrio Parque y alrededores destacaron el operativo de seguridad, la organización y el impacto positivo en la vida cotidiana. “Se sacaron un ocho, no un diez porque hay cosas para mejorar”, dijo Mario Pedraza, vecino de la zona.
Desde el mediodía, la presencia policial fue notoria. “Hacía años que no se veían tantos efectivos en las calles”, contó María Fernanda Jiménez. Hubo recorridas constantes y controles para evitar robos o disturbios. También se notaron mejoras en el tránsito, aunque algunos reclamos apuntaron a los semáforos en la esquina de Leguizamo y Benjamín Aráoz.
El espectáculo no sólo fue dentro del estadio. Muchos vecinos se acercaron con reposeras y familia para escuchar desde afuera. “Se puede disfrutar en paz. Hay comida, seguridad y un clima lindo”, valoró Marcos Rodríguez. Juan Carlos Ríos, que no vive en la zona, destacó la facilidad para estacionar: “Eso suele ser un problema, pero esta vez no”.
La recuperación del predio fue celebrada como un acierto. “Revivieron esta parte del Parque. Ojalá no sea una pinturita más”, opinó Rodríguez. El sonido fue otro tema bien valorado. “Se escuchaba, pero no molestaba. Mis hijos fueron hasta el frente del Palacio para oírlo mejor”, contó Luciana Ramírez.
El deseo común entre los vecinos quedó claro: quieren más recitales así. “Tuvimos más seguridad, más movimiento y todo estuvo ordenado. Esperamos el próximo”, cerró Martín Prado.
