El Gobierno nacional consiguió un triunfo legislativo clave tras una jornada extenuante. La Cámara de Diputados aprobó el proyecto de Presupuesto 2026 luego de más de 10 horas de debate. El oficialismo reunió 132 votos afirmativos gracias a la alianza con el PRO, la Unión Cívica Radical y bloques provinciales. La oposición sumó 97 votos negativos y hubo 19 abstenciones en la votación en general. La sesión estuvo marcada por fuertes cruces políticos dentro del recinto y episodios de violencia en las calles aledañas al Congreso.
El voto tucumano
El comportamiento de los representantes de Tucumán mostró una clara división. Los diputados del bloque Independencia, Elia Fernández y Gladys Medina, votaron a favor en general. Sin embargo, su compañero de espacio, Javier Noguera, se ausentó al momento de la votación aunque dio quórum inicialmente. Los peronistas Pablo Yedlin y Carlos Cisneros rechazaron la iniciativa. Por su parte, los aliados libertarios Gerardo Huesen, Mariano Campero, Federico Pelli y Soledad Molinuevo respaldaron el proyecto oficial sin fisuras.
Recortes y polémicas
La Libertad Avanza logró imponer la votación por capítulos durante la madrugada. Esta estrategia resultó fundamental para aprobar el artículo 75. Este punto derogó las leyes de Emergencia en Discapacidad y de Financiamiento Universitario. La oposición, encabezada por Unión por la Patria, criticó duramente estos recortes. Julia Strada y Victoria Tolosa Paz denunciaron que el Presupuesto 2026 consolida el ajuste sobre la educación y los sectores vulnerables al eliminar las metas de inversión mínima.
Disturbios en la calle
La tensión se trasladó a las inmediaciones del Palacio Legislativo durante la tarde. Un grupo de manifestantes intentó derribar el vallado de seguridad. Las fuerzas federales aplicaron el protocolo antipiquetes de inmediato. La Policía utilizó camiones hidrantes para dispersar a las personas que, según la ministra Alejandra Monteoliva, pertenecían a grupos violentos identificados. La situación se controló rápidamente, pero el clima de nerviosismo persistió mientras los legisladores continuaban con el tratamiento de la ley.
