En una jornada marcada por la paralización del transporte y la suspensión de vuelos, la Confederación General del Trabajo (CGT) calificó como un “éxito rotundo” el paro general realizado este jueves en rechazo a las políticas económicas del Gobierno nacional. La medida fue la tercera huelga general contra Javier Milei desde que asumió la presidencia.
La protesta logró una alta adhesión sindical, con la única excepción de la Unión Tranviarios Automotor (UTA). Trenes, subtes, colectivos y taxis no funcionaron, y más de 60.000 pasajeros quedaron varados por la cancelación de vuelos. La CGT remarcó que no descarta futuras acciones si no hay respuestas del Ejecutivo.
Durante una conferencia de prensa, el secretario general Héctor Daer justificó la protesta por el “profundo ajuste” que estaría afectando “los ingresos de los trabajadores, los jubilados y las provincias”. Además, destacó la movilización de jubilados del día anterior, a la que consideró “una marcha multitudinaria y justa”.
Desde el Gobierno, la reacción fue inmediata. Voceros oficiales señalaron que la medida responde a “intereses de la casta sindical kirchnerista” y la calificaron como un acto político. También recordaron que durante la gestión de Alberto Fernández no se realizó ninguna huelga general de este tipo.
El escenario político-económico sigue siendo de alta tensión. La CGT advirtió sobre los posibles efectos del nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), y sostuvo que “el ajuste siempre recae sobre los que menos tienen”. El conflicto entre la central obrera y el Gobierno parece lejos de encontrar una salida.
