Orgullo tucumano: Un graduado de la UNT lidera el proyecto de fabricación de dos satélites

Nicolás Renolfi trabaja en INVAP, una empresa del estado de alta tecnología ubicada en Bariloche. Uno de esos satélites será lanzado al espacio a principios de septiembre.

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El ingeniero electrónico Nicolás Renolfi, graduado en la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la UNT (FACET), es jefe del proyecto Saocom y trabaja en INVAP, la empresa estatal de Investigaciones Aplicadas que está ubicada en Bariloche. La iniciativa tiene que ver con la creación de dos satélites idénticos, que fueron proyectados por la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE). El primero de estos está terminado, y será lanzado al espacio en setiembre. El segundo será finalizado el año próximo. La alta tecnología de estos satélites ubicará a la Argentina en las ligas mayores de la observación científica.

Luego de pasar con éxito miles de pruebas y de testeos, el Saocom 1 A -el primero que fabricaron- será trasladado el martes hasta la Base Vandenberg de la Fuerza Aérea Norteamericana, sobre la costa de California. Desde allí, dentro de aproximadamente un mes y medio, será lanzado al espacio por el cohete Falcon 9, de la empresa SpaceX.

Nicolás (42) es santiagueño, pero, al igual que su hermano Federico- que es dos años más grande y también trabaja en el INVAP, en el sector de radares- cursó su carrera de grado en la UNT. Hijo de padres profesionales -su madre es docente de matemática y su padre, ingeniero agrónomo- integra esta empresa del estado desde el 2000. Ambos hermanos estudiaron la primaria y la secundaria en la Escuela Normal Manuel Belgrano de Santiago del Estero. Una vez que finalizaron el colegio, como mostraban destreza y pasión por la física y la matemática, decidieron seguir su carrera de grado en la UNT.

Desde pequeño, el joven ingeniero deseaba trabajar en alguna profesión relacionada con el espacio. Por eso cuando conoció sobre INVAP, y se enteró de que allí se construían satélites, no dudó en postularse. “Casi veinte años atrás la empresa no era tan conocida como lo es ahora”, cuenta en una entrevista que brindó días atrás a Radio Nacional de Santiago del Estero.

Renolfi -que tiene 4 hijos y que vive junto a su familia en Bariloche- cuenta que casi todos los profesionales del INVAP egresaron de universidades argentinas. Con orgullo sostiene: “en nuestro país se pueden hacer grandes cosas, por eso aliento a que los chicos estudien, porque así las cosas salen para adelante”.

El ingeniero cuenta que la empresa de alta tecnología donde se desempeña desarrolla actualmente múltiples proyectos. “Para el área de defensa fabricamos radares terrestres; además, los aeropuertos argentinos usan radares construidos por nosotros”, precisa. Agrega que en el área nuclear se construyen reactores que compiten y que, inclusive, le ganan ofertas a otros diseñados en países más desarrollados. Y también está la parte de tecnología espacial, que incluye la fabricación de satélites.

Una antena desplegada de 35 metros cuadrados

Renolfi cuenta que el Saocom 1A es un satélite de observación terrestre, que pesa 3 toneladas (t), sin contar las partes móviles. Los últimos satélites científicos que fabricó INVAP pesaron 1,5 t. Por ejemplo, los Arsat -satélites de comunicación- pesaban 1,5 t aunque al momento de lanzamiento esta medida se duplicó, debido a que llevaban 1,5 t de combustible. El Saocom lleva solo 80 kg de combustible; el resto de su peso es hardware, casi exclusivamente.

El Saocom 1 A incluye una antena que desplegada mide 35 metros cuadrados -el tamaño de un departamento monoambiente-. “Será la antena de radar más grande desplegada en el espacio hasta ahora; y en esta frecuencia será el radar con mejor performance en el mundo. Es un flor de desafío”, afirma el ingeniero a la radio.

Renolfi precisa que el INVAP funciona como fábrica; y explica que el dueño del satélite es la agencia espacial argentina: “nosotros estamos encargados de fabricar la parte central del satélite, la plataforma de servicio que maneja la energía, el panel solar y las baterías, el control de la posición y otras funciones”. Añade que, en esta ocasión, la CONAE, además de ser cliente hizo de fábrica, con la ayuda de otros organismos de ciencia, como la Comisión Nacional de Energía Atómica, que desarrolló la antena. De las tres toneladas del satélite, la mitad corresponde a la antena y el resto a la plataforma o cilindro central y al panel solar.

La página de la CONAE indica que entre las múltiples funciones que tendrá el SAOCOM se destacan la medición de la humedad del suelo y aplicaciones en emergencias, tales como detección de derrames de hidrocarburos en el mar y seguimiento de la cobertura de agua durante inundaciones. Se trata de un proyecto desarrollado en colaboración con la Agencia Espacial Italiana (ASI) e integra de manera operacional -junto con los satélites italianos COSMO-SkyMed- el Sistema Italo-Argentino de Satélites para Gestión de Emergencias (SIASGE). Se estima un tiempo de vida útil de al menos cinco años para los dos satélites.

FUENTE: SCAIT