Un día de junio, hace unos meses, Nicolás Carabajal empezó a sentir una extraña sensación: empezó puntualmente en su habla, a pronunciar algunas palabras con una dificultad inusitada y una desconcertante lentitud cada vez que quería decir algo. Esa fue la primera señal que recibió Nicolás, el joven tucumano de 27 años a punto de recibirse como Profesor de Historia en la UNT.
A aquel día de junio hoy lo recuerda Alina, la hermana de Nico: “Sí, empezó hablando lento, luego le empezaron a temblar las manos, empezó a ir a los médicos y cuando tuvo Covid los síntomas se dieron más intensos. El neurólogo se tomó su tiempo antes de darnos el diagnóstico porque lo se suponía que mi hermano tenía se daba en pacientes de 45 años en adelante”.
El 25 de junio, finalmente, después de los estudios de rigor, el gran médico neurólogo Gustavo José que acompaña a Nicolás dio el diagnóstico de la extraña enfermedad que padece: “Le diagnosticaron ELA (Esclerosis Lateral Amiotrófica) juvenil. Es una enfermedad neuromotora, degenerativa y progresiva. Es congénita, no tiene cura, pero sí el doctor nos propuso un tratamiento para mejorar su calidad de vida”.
A Nicolás le quedan dos materias para recibirse, trabajaba para Teleperfomance hasta que le dieron la licencia médica y, una de las cosas que más lamenta, es que no puede seguir practicando una de sus pasiones: la arquería. “Ya no puede: empezó a perder fuerzas. Y hace 10 días se accidentó mientras bajaba una rampa. Perdió el equilibrio y se quebró el tobillo. Le quedan 10 días de reposo y se da cuenta de sus limitaciones: cuando se enoja, no puede hablar o empieza a perder la voz. Si está calmo, se lo escucha lento, pero se lo entiende. Lo importante es no dejarlo caer”.
Nicolás vive con su mamá y su abuelo y tiene a sus hermanas a media cuadra. Además del apoyo de la familia, es conmovedor la campaña de los amigos y compañeros de Nico para poner en marcha el costosísimo tratamiento que le permitirá al joven vivir mejor: “La obra social nos aprueba ciertas carpetas como el traslado y la fisioterapia, pero lo que nos rebota siempre son los medicamentos. Necesitamos la derivación a Buenos Aires al Fleni o al Italiano”.
“Estamos esperando las respuestas de la obra social sobre los medicamentos que son muy caros porque lo que tiene mi hermano es una enfermedad que no se conoce y son tratamientos nuevos: para que el progreso sea más lento necesitamos que crezca la difusión para el tratamiento con las inyecciones. El medicamento es Riluzol 50mg comprimidos que tienen un costo de 61 mil pesos mensuales a lo que se suman las inyecciones de Edaravona 30mg con un costo de 526 mil pesos”.
“El costo completo del tratamiento roza los 3 millones de pesos y por eso estamos creando una página oficial de Nico para ir comunicando los pasos dados y cómo él se va sintiendo una vez que pueda comenzar el tratamiento. Además, estamos armando una rifa bastante grande con todos los que lo quieren a mi hermano que son muchas personas, pero no nos alcanza”.
“De todas maneras, yo ando por la calle haciendo trámites y moviendo todo para que pueda empezar el tratamiento lo más pronto posible y, cuando se enteró de la campaña que estamos iniciando, recién me ha mandado un mensaje: ‘Hoy me siento feliz’. No sabés lo que significa ese mensaje para mí y para mi mamá después de lo inesperado que le tocó vivir. Ojalá la gente nos pueda ayudar y que así mi hermano pueda vivir mejor. Ojalá que eso pase”.
Cómo ayudar a Nico: “Esta es la única cuenta para mi hermano a su nombre: Carabajal Nicolás Eduardo, con el CBU 1430001712727470012 y el alias MES.LADO.SORGO. Y pueden contactarse conmigo al teléfono: 3815 83-8463 “


Una de las pasiones de Nicolás: la arquería.

Nicolás hoy: “Hay días que son difíciles, pero hoy me dijo que se siente feliz”.
Fuente: el tucumano
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