“Me sedó, me puso boca abajo y me empezó a tocar” dijo la mujer abusada por un odontólogo

La víctima del odontólogo relató los momentos de angustia que vivió. Está medicada y haciendo terapia.

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El pasado 7 de agosto un odontólogo abusó de su paciente de 28 años en su consultorio de la calle Lamadrid del microcentro jujeño. Para cometer el hecho le dio un relajante que la dejó inmóvil y así aprovecharse de su estado de indefención.

El abusador fue imputado por la supuesta autoría de “abuso sexual simple” por la Unidad Fiscal Especializada en Violencia Familiar, de Género y Delitos contra la Integridad Sexual.

La mujer dialogó con nuestro diario y contó que conoce desde su infancia al odontólogo y a fines de julio, solicitó un turno que se lo otorgó para el viernes 7 de agosto, pero previo a eso, el hombre le solicitó que compre tres pastillas y que tome dos antes de ir y una al ingresar al consultorio, pero la joven no lo hizo.

Llegó al consultorio que está ubicado sobre calle Lamadrid, entre Belgrano y Alvear, antes de la 16.30, “le expliqué que no había podido comprar las pastillas y me dijo que no importaba. Él estaba tomando un jugo y me sirvió un vasito diciéndome ‘salud’, yo lo miré sorprendida, me pareció muy raro y lo dejé ahí”, mencionó la víctima, en diálogo con El Tribuno de Jujuy.

“Me recostó en la camilla, mientras tanto él odontólogo buscaba la pastilla por los estantes y cajones hasta que la encontró, “me la dio y yo la tomé porque siempre tuve una confianza sana con él, de paciente a doctor. Nunca había tenido un exabrupto ni me había faltado el respeto hasta ese momento. Él me dijo que la pastilla era para relajar el músculo de la mandíbula que a mí se me traba cuando tengo la boca abierta por mucho tiempo”, añadió.

Tras ingerirla “empecé a perder la noción, quedé adormecida y recuerdo que el abusador me dijo ‘vamos a hacer bien las cosas’ y agarró una carpeta en la que empezó a escribir algo sin decirme nada”.

La mujer pensó que era sobre sus arreglos, y luego le solicitó que firme y ponga su DNI en ese escrito que no era un recetario, era una hoja común.

En ese sentido señaló que “sentía que mi cuerpo estaba débil, se aprovechó de eso, me sedó, me giró hasta ponerme boca abajo y me empezó a tocar. Tenía un poco de conciencia en ese momento y hacía fuerza con el cuerpo para poder girar. Estaba desvanecida, creo que pude darme vuelta, recuerdo que tenía los ojos semicerrados y veía como una luz, sentía que había alguien cerca de mí, pude abrir un poco más los ojos y vi que me estaba besando. No entendí nada, no podía empujarlo, no podía sacármelo de encima y escuché que me decía cosas con una voz que me hacía dar miedo”.

“Estaba muy asustada”

Al recobrar fuerzas, “me levanté muy asustada y me retiré del lugar, pero antes, el dentista me quiso dar dinero para el taxi y también se ofreció a llevarme, me decía que no podía irme así. Me acuerdo que me tomé un taxi y al llegar a casa mi mamá me preguntó si me pasaba algo”.

Recordó que estaba dispersa, que se sentía mal y que no quería contarle nada a su madre, que estaba muy sorprendida por la actitud de la joven, que no recuerda mucho de lo que pasó durante la hora posterior de salir del consultorio.

Al día siguiente del hecho que fue víctima, la joven contó lo sucedido a su amiga, asegura que en ese momento “sentía culpa de lo que había pasado”, pero su amiga le hizo entender que era un abuso.

“Fue cuando empecé a reaccionar. No quería aceptar que yo no tenía la culpa, lloré un montón porque no podía aceptar que habían abusado de mí, cada día que pasaba recordaba lo que me había hecho este hombre, me sentía muy bloqueada”.

Su hermana también la incentivó a denunciar y decidió hacerla el 13 de agosto en la Brigada de Investigaciones, “desde que denuncié estoy mejor, hablé con mi terapeuta y me derivó a un psiquiatra que me da una medicación porque me quedaron secuelas, estoy deprimida y tengo ansiedad. Encima me habló después el tipo de una forma natural, yo nunca sentí que fue consentido, sabía que era un abuso pero al principio me costaba mucho aceptarlo”, expresó la mujer.

Además la mujer dijo que días después de lo sucedido, el odontólogo la invitó a comer con total naturalidad a través de mensajes de Whatsapp que ella presentó en la Justicia. Siguió diciendo que “yo me echaba la culpa, me juzgaba a mí misma por no haberme dado cuenta sobre las intenciones de esta persona, pero entendí que yo no tengo culpa de nada”, dijo.

“Me parece muy injusto lo que me pasó, me di cuenta de la gravedad del asunto. Encima él me había dicho que tome tres de esas pastillas antes de entrar, yo no sé lo que me hubiera hecho si las tomaba, cuando la oficial que me atendió averiguó sobre esos medicamentos me dijo que eran relajantes muy fuertes, como para un caballo”.

Sobre otros casos

Al tomar conocimiento de esta situación, la Multisectorial de Mujeres de Jujuy realizó un escrache público en contra del agresor en las redes sociales y dos mujeres que vieron la publicación, se comunicaron con ellas diciéndoles que también habrían sufrido un abuso de esta persona. Mariana Vargas es la representante legal de la víctima, quien además tomó contacto con estas mujeres, pero aún no realizaron la denuncia formal.

Antecedentes

En la provincia de Jujuy, en mayo de este año, hubo otro caso similar al del odontólogo, y con una condena de 20 años de prisión a Juan Ramón Aguirre que abusó sexualmente de al menos dos jóvenes, luego de darles ansiolíticos y llevarlas a un hotel en la ciudad de La Quiaca. El hombre captaba a sus víctimas a través de anuncios y ofrecía trabajo de secretaria. Con esas mentiras las llevaba hasta la ciudad fronteriza y en esas circunstancias cometió los abusos.

Fuente el tribuno Jujuy