El gobierno nacional trabaja para que el dólar se mantenga cerca del piso de la banda cambiaria, fijada entre los $1.000 y $1.400. Así lo confirmó Federico Furiase, asesor del Ministerio de Economía y director del Banco Central, quien detalló los fundamentos técnicos del nuevo esquema de flotación administrada.
Según Furiase, el modelo busca evitar saltos bruscos del tipo de cambio mediante una combinación de superávit fiscal, nula emisión monetaria y un ingreso sostenido de dólares del sector agroexportador. Entre los instrumentos clave mencionó el Bopreal, un bono en pesos destinado a empresas con dividendos retenidos, que permite esterilizar pesos sin emitir más deuda indexada.
Entre los factores que sostienen la estrategia están la temporada alta de liquidaciones agrícolas, la política de retenciones y la mayor entrada de capitales por confianza financiera. Furiase destacó que el superávit primario absorbe alrededor de $1 billón por mes, lo que reduce la presión monetaria.
El funcionario también aclaró que el Banco Central solo intervendrá con emisión en casos extremos: si el dólar toca el piso de la banda o si el Tesoro no puede renovar vencimientos de deuda. En ese caso, se activaría lo que el equipo denomina “Punto Anker”, en referencia a la consultora creada por Caputo.
Finalmente, Furiase explicó que el esquema cambiario busca también anclar expectativas inflacionarias, aunque eso implique postergar la acumulación de reservas. El régimen es contractivo: la base monetaria está estable, la demanda de crédito crece y los bancos deben adaptarse sin presionar con tasas.