El sueño de volver a contar con un lugar tan emblemático para la provincia está cada vez más cerca de ser realidad. Este miércoles, el gobierno hizo entrega del contrato de concesión a la empresa privada que se hará cargo de la obra para recuperar el derruido edificio, ubicado en pleno cerro tucumano.
El titular del Ente Tucumán Turismo, Sebastián Giobellina, celebró el proyecto y explicó que “esta obra es un hecho histórico y es sumarle producto turístico de nuestra hermosa provincia”.
“Queremos que cada gestión haga que crezca el trabajo de la provincia, por supuesto que teniendo a Juan Manzur en nación se nos facilitan las tareas para concretar esta obra”, sostuvo.
El funcionario explicó que se trata de una inversión de 60 millones de pesos y que el edificio debería estar en funcionamiento dentro de un año. “Por las especificaciones técnicas de poder trabajar con un salón californiano del año 98, cuyo camino lo va marcando la Comisión de Patrimonio de la provincia, hace de esta obra sea muy específica y eso lleva su tiempo de desarrollo del proyecto”, agregó.
“En 8 años consultamos con distintas empresas, y como es una obra muy específica, porque al estar enmarcado en la ley de Patrimonio los requisitos son muchos, eso hizo que muchas empresas desistieran”, subrayó.
En cuanto a las obras a realizar, destacó que contará “con un centro de convenciones, con un espacio amplio para reuniones de distintos tipos usado como un salón de usos múltiples, a lo que se anexa la gastronomía”.
Asimismo, Giobellina destacó que “estamos inyectando fuentes de trabajo genuinas. Es un hecho muy positivo. Esto da empleo desde el primer día. Desde el inicio de la obra ya está generando empleo. Celebramos que haya más empresarios que apuesten al turismo tucumano”, sentenció.
El “Parque Aconquija” -tal su nombre, aunque desde sus inicios fue conocida como “Primera Confitería”- fue inaugurada el 22 de mayo de 1938. Formó parte del programa de obras públicas de los Gobiernos de Miguel Campero y de Miguel Critto. Cuando las preferencias del público declinaron, la construcción comenzó a arruinarse. En 1990, el deterioro ya era tal que decidieron clausurarla.
Bajo el amparo de la Ley N° 7.535 (de patrimonio), comenzó finalmente la obra para ponerla en valor. Próximamente, los tucumanos y los turistas podrán disfrutar de un centro gastronómico y turístico rodeado de naturaleza.
fuente: los primeros
