El horror en las favelas de Río de Janeiro crece con el paso de las horas. Tras el megaoperativo policial del martes contra el Comando Vermelho, los vecinos denuncian un “genocidio”. Este miércoles, más de 50 cadáveres se apilaban en una plaza de la favela Penha. Los cuerpos presentan signos de violencia extrema: quemados, atados y con las cabezas destrozadas. El saldo total de víctimas fatales ya supera los 120.
“¡¡¡Esto es un genocidio!!!“, gritaba una mujer mientras observaba los cuerpos. Activistas y familiares denuncian “ejecuciones”. Raúl Santiago, un activista local, afirmó: “Hay personas ejecutadas, muchas de ellas con un tiro en la nuca”. El abogado Albino Pereira Neto, que representa a tres familias, denunció haber visto “marcas de quemaduras” y personas “sometidas y asesinadas fríamente”.
La búsqueda de cuerpos, liderada principalmente por mujeres que buscan a sus hijos o hermanos, continúa en zonas boscosas. La ciudad permanece en estado de shock. El martes se vivieron escenas de guerra, con tiroteos, incendios y el uso de drones para lanzar “bombas” por parte de los criminales. El operativo policial, el mayor de la historia de Río, movilizó a 2.500 agentes.
El gobernador Cláudio Castro ordenó reforzar el patrullaje. El gobierno del presidente Lula da Silva, quien regresa de una gira, enviará una delegación este miércoles para una “reunión de urgencia”. La ONU se declaró “horrorizada” y 30 entidades, incluida Amnistía Internacional, denunciaron que la acción policial puso a la ciudad “en un estado de terror”.
