Tras doce días de tensión, misiles y amenazas cruzadas, Irán e Israel declararon oficialmente el fin del conflicto armado, en una jornada que incluyó violaciones al alto el fuego y una inesperada intervención del expresidente estadounidense Donald Trump. La “guerra de los 12 días” concluyó con un llamado a la calma que logró frenar un ataque israelí de gran escala y permitió el regreso paulatino a la normalidad en varias ciudades.
El presidente iraní Masud Pezeshkian celebró el cierre del enfrentamiento como una “heroica resistencia”, mientras el gobierno israelí levantó las restricciones de emergencia. En Tel Aviv, el aeropuerto Ben Gurion reanudó operaciones y las escuelas comenzaron a retomar clases de forma progresiva. No obstante, el temor persiste entre la población, especialmente en zonas como Beersheba, donde un misil iraní mató a cuatro personas.
La figura de Donald Trump volvió a sacudir la política internacional. Desde su red Truth Social, se adjudicó el mérito por el cese de hostilidades y afirmó que destruyó “capacidades nucleares iraníes” antes de concretar el acuerdo. En una llamada con el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, lo convenció de evitar una ofensiva masiva y optar por una represalia limitada.
Con el frente iraní cerrado, Israel vuelve a enfocarse en Gaza, donde el conflicto con Hamas persiste desde octubre de 2023. En paralelo, desde Qatar anunciaron que se reanudarán las negociaciones indirectas entre Israel y el grupo islamista. Los familiares de secuestrados israelíes, que reclaman respuestas desde hace más de 600 días, esperan que ahora haya un giro en las prioridades del gobierno.