El femicidio de Karen Rodríguez, una joven de 22 años de Concepción, Tucumán, conmociona al país y pone en evidencia la violencia de género que sufren las mujeres en el interior provincial. Su cuerpo fue hallado el sábado enterrado en la vivienda de Javier Matías “Toro” Bulacio, quien fue detenido ese mismo día en La Rioja. Este es el octavo femicidio en Tucumán en lo que va del año, de los cuales seis ocurrieron en zonas rurales.
La última vez que Mario Rodríguez, padre de Karen, vio a su hija fue el lunes pasado, cuando ella salió de casa diciendo: “Pa, ya vuelvo”. Al no tener noticias, denunció su desaparición el jueves. Dos días después, el cuerpo fue hallado en el patio trasero de la vivienda del sospechoso, quien se encontraba prófugo por otro delito. Fue su padre quien, al notar tierra removida, excavó y encontró el cadáver.
Bulacio, conocido como “Toro”, intentó huir a otra ciudad dentro de La Rioja, pero fue capturado. Según información preliminar, el acusado habría confesado informalmente a sus allegados que una pelea terminó en tragedia, pero dicha declaración carece de validez legal. La autopsia indica que la causa probable de muerte fue asfixia, y se estima que el crimen ocurrió el mismo martes en que Karen desapareció.
La noticia generó un fuerte impacto social. Mujeres del interior de la provincia lamentaron la persistencia de una cultura machista que normaliza la violencia. “Aquí nos ven como objetos”, expresó Estela Ramírez, estudiante universitaria. Las voces coinciden en que, aunque hay recursos para denunciar, la educación es clave para cambiar una mentalidad que perpetúa el abuso.
Este caso deja en evidencia no solo la vulnerabilidad de las mujeres en el interior, sino también la urgencia de transformar las estructuras culturales y sociales para prevenir futuros femicidios./ LA GACETA
