Este domingo se conoció la triste noticia del deceso de Mercedes Chenaut, reconocida escritora tucumana. Sus restos serán velados esta tarde en San Miguel de Tucumán y mañana se realizará una ceremonia en su honor en Tafí del Valle.
“Amigos de Facebook: queremos contarles que hoy a la madrugada se fue nuestra madre adorada. A la tristeza que sentimos la reconforta la tranquilidad de saber que ha recuperado sus enormes alas. Gracias a todos por el cariño infinito”, informaron sus hijos a través de un breve y sentido comunicado.
Allí precisaron que “hoy la velaremos en Flores de 17 a 20 hs. Mañana 21/12 haremos una ceremonia de despedida a las 12 del mediodía en su amada Estancia Los Cuartos de Tafí del Valle”.
Mercedes tenía 63 años y fue una de las fundadoras de “Animarse a gritar”. Licenciada en Letras por la Universidad Santo Tomás de Aquino, desde joven se vinculó con la literatura hasta convertirse en una apasionada de Jorge Luis Borges. Se desempeñó en el Centro de Investigación en Literatura Infantil y Juvenil de la Universidad Nacional de Tucumán (CIILIJ) como Encargada del Área Investigación y Docencia durante los años 90. Tenía un emprendimiento dedicado al turismo cultural en Tafí del Valle: Estancia Los Cuartos.
“Apasionada por la literatura, en especial la de Borges, la difundo a los cuatro vientos de la tierra”, se presentaba en las redes sociales, donde se leía “Escribo con pasión” junto a su nombre. “Escritora nacida en Tucumán, Argentina. Fundó y coordina el taller literario “Animarse a Gritar”. Promueve la literatura, en especial la de Jorge Luis Borges, en diversos formatos”, rezaba una breve reseña de la tucumana en el portal los7dias, donde se publicaron artículos de su autoría.
“’Animarse a gritar’ nació en el vagón biblioteca Estación de la Alegría que creó María Eugenia Virla, en el contexto del centro de información e investigación en literatura Infantil y Juvenil (Ciilij) de la UNT. Lo pensé como un espacio para interactuar con jóvenes que terminaban la secundaria y comenzaban la universidad. Allí dieron sus primeros pasos el dramaturgo Gabriel Patolsky, la escritora ciega Fátima Osores, a quien reencontré hace poco… Cuando María Eugenia murió y su centro se dispersó o algo parecido, busqué nuevos espacios y me dediqué a acompañar en su crecimiento a escritores adultos. Hoy varios son muy leídos como Natalia Zanota, por ejemplo. Y hay tanto talento ahí, que es apabullante. Uno de los vehículos de expresión de su gente es hoy la revista literaria “A turucuto”, que cofundamos con Carlos Civili y Carlos Eduardo Sánchez. El Maestro saltó a la radio con el premiado programa “Borges por radio”, que conduzco junto a Carlos Duguech”, explicaba sobre su taller en el mes de mayo en una entrevista concedida a La Gaceta.
En “Respuestas a Facebook y otros textos impúdicos” recordó sus experiencias personales durante la última dictadura cívico militar, en un emotivo relato que fuera replicado por eltucumano.com. A continuación, un fragmento del mismo:
“Cuando Victoria, prima de mi padre, abandonó el país en calidad de exiliada política, cayó al fin el pañuelo que me cubría los ojos y empecé a ver a las apañueladas de la plaza de Mayo, a los dictadores con sus charreteras de pacotilla y sus mentes siniestras, muchos de ellos convencidos de que la eliminación de quienes pensaban era algo de vida o muerte (sí, de vida o muerte). Yo podría haber sido una de las eliminadas. Eso lo había intuido mi novio cuando estando con una beca en Alemania, me exigió que lo esperara estudiando en lugar seguro. Ante el pedido, ante la orden, se me encresparon todas las plumas del gallo que soy -así lo dice el horóscopo chino- pero su padre, un hombre de inteligencia escolástica (reconozco que quizás me salvó la vida) logró que me allanara al pedido de su hijo. Triunfaron su discurso y el amor. Eso es evidente. Yo podría haber sido una de las eliminadas, pensé también esta mañana cuando me desperté, antes de que el sol saliese, momento en que comencé mi consuetudinario soñar despierta luego de haber soñado dormida con el pozo de Vargas, con los helicópteros sobre el lago del dique el Cadillal, con la selva de yungas que atravesábamos camino a Tafí y que en los setentas se había vuelto un lugar difícil, peligroso. Nunca sabíamos, cuando nos detenían para revisarnos los autos y palpar de armas a los hombres, si seguiríamos viaje o nos detendrían por alguna razón nimia. Y digo razón nimia porque nosotros -los que no sacábamos los pies del plato- no éramos blanco de quienes mataban y hacían desaparecer en nombre del estado porque a su criterio no hacíamos nada que atentara o subvertiera lo que se consideraban las buenas costumbres. Pero a veces una pequeñez, aún a nosotros, nos ponía en jaque”.
“Adiós Mamá! Te quiero hasta el infinito. Hasta la vista. Vuela alto y feliz”, expresó Camilo Soaje. “Gracias x tanto madrecita mía, te vamos a extrañar pero ya sos eterna”, se sumó Manchy Soaje. A través de las redes sociales se fueron sumando mensajes para recordarlas, honrarla y despedirla
https://www.facebook.com/mercedeschenaut/posts/10224267516133813