Durante la noche del martes la Comisaría Décima ubicada en la esquina de las calles Estanislao del Campo y Blas Parera, fue escenario de un violento motín del que resultaron graves daños materiales, pero no hubo heridos ni víctimas personales.
A la medianoche comenzó un motín en la comisaría 10° de la capital tucumana para exigir mejores condiciones. Un grupo de 84 detenidos prendió fuego a los colchones de las celdas y las llamas se propagaron de inmediato.
El comisario Eduardo Luna, jefe de la unidad regional capital, admitió que hay “sobrepoblación en las cárceles y esto produce las peleas entre los presos, hay más de 1100 detenidos en las comisarías de capital”.
Luego de controlar la situación, varios de los detenidos fueron trasladados a otras comisarías para evitar nuevos disturbios. Los presos estaban alojados por diferentes causas procesales y a disposición de las autoridades judiciales.
El grupo rebelde comenzó el motín con la quema de colchones, colchas y otros elementos de combustión. Ante tal situación se procedió a solicitar en forma urgente la colaboración de las distintas dependencias como el Grupo CERO y los bomberos.
Los efectivos irrumpieron en los calabozos, mientras los detenidos arrojaban todo tipo de elementos contundentes. Una vez controlada la situación, se procedió a desarmarlos, ya que tenían puntas carcelarias. Luego fueron trasladados a un pasillo interno de comisaría.
El comisario general Eduardo Luna, jefe de la Unidad Regional Capital, informó que en las diez seccionales bajo su mando, hay en total 1.100 presos, cifra que supera largamente la capacidad de los calabozos.
