El Ing. Agr. Roberto Sopena Director de la Estación Experimental Agropecuaria (EEA) Famaillá del INTA, comentó a Suena a Campo que cada año que finaliza realizan un repaso del avance de los proyectos, programas y perspectivas que se tienen hacia el año venidero en el afán de dar continuidad a la institución en lo laboral e institucional.
“En este año particular hay que hacer una parada distinta, como dijo un colega cordobés, el 2020 es un año dentro de otro año, hubo mucho esfuerzo y compromiso por parte de los técnicos y los productores de un modo u otro teniendo paciencia a nuestros tiempos y licencias de parte del personal, sin embargo, el trabajo no se ha discontinuado y es lo que debemos valorar a la hora de hacer un balance” dijo.
Además, el sistema de trabajo, como en tantos casos, ha debido adaptarse a los sistemas virtuales para lo cual se requirió de capacitaciones al personal y de motivación para que los productores se sumen a las charlas y jornadas bajo esta nueva modalidad.
En el marco de la cartera de proyectos con la que cuenta INTA a nivel nacional, las líneas de trabajo han continuado en materia de producción de caña de azúcar, citricultura y otros frutales, hortalizas, flores aromáticas, forestales, agroindustrias, calidad de la miel y los relevamientos de áreas ocupadas por los principales cultivos y sus aportes en la socioeconomía.
Además, INTA cumplió en 2020 10 años de participación conjunta en la Mesa de Gestión Ambiental de Cruz Alta para trabajar en la prevención y erradicación de la quema de cañaverales y pastizales junto a otras instituciones. También participa con sus técnicos en Comité de Crisis de la langosta. Junto a la SAFCI (Secretaría de Agricultura Familiar Campesina e Indígena) se trabajó en el acceso de agua en zonas rurales y el acompañamiento técnico a pequeños productores en gran parte de la provincia.
Entre los servicios más demandados, el programa Prohuerta fue uno de los más destacados en sus dos colecciones, Otoño-Invierno y Primavera-Verano. “Se ha llegado a distribuir 55 mil kits de semillas además de las huertas comunitarias que se realizaron con comunas y municipios” expresó.
A través del programa Tucumán Capacita, los profesionales del INTA han participado en carácter de cuerpo docente de cursos de formación para jóvenes de comunas rurales para fomentar el arraigo de los jóvenes en el campo y la continuidad de las actividades productivas por parte de la familia campesina.
La producción científica, ha permitido a la institución contar en este año con 14 presentaciones a congresos, presentaciones y jornadas de diversos temas, algunas de ellas se dieron en el marco del ciclo de conferencias estructurado entre los meses de junio y agosto y la incorporación de 6 becarios doctorales de INTA-Conicet con el fin de sumar y perfeccionar a los técnicos dando a INTA mayos capacidad técnica y científica.
Entre los programas desarrollados, Sopena comentó sobre el Programa de Forestación de las Riveras de los ríos y restauración de zonas degradadas perteneciente al Proyecto de las Naciones Unidas que financia actividades forestales en los años 2016 y 2018. “Con ese programa se realizó un importante trabajo en el sur de la provincia en la zona de la cuenca del río Marapa con una especie de sauce adaptada a la ribera del rio. Por otro lado, se trabajó en la producción de plantines de algarrobo para la restauración de zonas degradadas por inundaciones o por uso agrícola y abandonado quedando muy expuestas a la degradación.
Según comentó el ingeniero, desde hace ya varios años, el área administrativa del INTA trabaja en el mejoramiento de procesos virtuales y digitales, lo que permitió una más acelerada adaptación en las rutinas de trabajo que incluyen aislamiento social.
“Cuando llegó la pandemia no tuvimos grandes inconvenientes para continuar, en los últimos 9 meses gran parte de nuestras tareas se realizan en plataformas virtuales. Hemos brindado satisfactoriamente las capacitaciones que exigieron nuestros programas como ser cursos de hasta 80 horas de cría porcina y avícola, manejo de viveros, manejo de almácigos de tabaco, jardinería, entre otros, junto a la secretaría de empleo y MiPyme” comentó.
El INTA ha tenido que realizar grandes esfuerzos debido a las licencias de parte de su personal y el cumplimiento de rigurosos protocolos sanitarios preventivos, trabajando gran parte del año con el 40% menos de su personal habitual, alternando grupos de trabajo para evitar el contacto entre ellos y adecuando espacios dentro del establecimiento.
2021
Para el año que se aproxima, la cartera de proyectos es amplia y adaptada a los cultivos locales sin embargo, se comparte con otras agencias del país protocolos, metodologías, actividades e inquietudes. Esta manera de interactuar aporta riqueza al trabajo de los profesionales, evitando errores que ya se cometieron en otros lugares.
“Esta plataforma de proyectos nacionales nos permite seguir trabajando en caña, mejoramiento, sanidad del cultivo en citricultura, manejo de plagas y enfermedades, hortalizas, aromáticas actividades forestales de especies nativas y cultivadas y actividades industriales. Todos estos proyectos tendrán continuidad para el año que viene y para el 2022” concluyó.
Fuente: Suena A Campo
