Cada 15 de julio, Tucumán conmemora el Día del Poncho Tucumano, una prenda símbolo de identidad, cultura y herencia ancestral. El poncho marrón y bordó, inspirado en los Valles Calchaquíes, representa la historia viva de la provincia.
La fecha fue establecida en 2004, cuando la Legislatura de Tucumán aprobó un proyecto impulsado por la Federación Gaucha de Tucumán. Desde entonces, se reconoce oficialmente al poncho en sus colores tradicionales como parte del patrimonio cultural local.
El diseño y los tonos del poncho están inspirados en animales autóctonos como la vicuña, el guanaco y la llama, además de los colores de la tierra que usaban los pueblos originarios como los indios Quilmes para su alfarería y textiles. El tono rojizo proviene de tintes naturales extraídos de árboles propios de la zona.
Más allá de su valor estético, el poncho representa las raíces de los pueblos andinos y calchaquíes, y es un elemento de orgullo tucumano que conecta el presente con las costumbres del pasado.