A tres semanas de las elecciones legislativas nacionales, los principales espacios políticos de Tucumán hacen cálculos y proyectan escenarios. El 26 de octubre estarán en juego cuatro bancas a diputado nacional, y se estima que harán falta al menos 120.000 votos para asegurarse un lugar en la Cámara baja. Esta cifra se sostiene, siempre que no se produzca una polarización muy marcada.
La provincia sigue siendo el sexto distrito electoral más importante del país. De acuerdo con el padrón oficial, 1.341.563 personas están habilitadas para votar en Tucumán. Entre ellas, hay 44.142 jóvenes de 16 y 17 años. Su voto es optativo.
Este año, Tucumán usará por primera vez la Boleta Única Papel (BUP) para elegir diputados nacionales. Nueve listas competirán por las cuatro bancas disponibles. Los mandatos que vencen pertenecen a Agustín Fernández y Elia Fernández (peronismo), Roberto Sánchez (Unidos por Tucumán) y Paula Omodeo (CREO).
El orden de aparición en la boleta ya fue sorteado. De izquierda a derecha, figuran: Unidos por Tucumán, Frente Tucumán Primero, La Libertad Avanza, Frente del Pueblo Unido, Fuerza Republicana, Política para la Clase Obrera, Partido del Trabajo y del Pueblo, Frente de Izquierda y CREO.
En el peronismo, el objetivo mínimo es mantener dos bancas. Sin embargo, la meta de máxima es alcanzar tres y liderar a nivel nacional como el armado con mayor respaldo. En el radicalismo y en CREO buscan conservar sus actuales lugares. La Libertad Avanza, por su parte, apuesta a conseguir dos bancas y desplazar a Sánchez. Fuerza Republicana tratará de capitalizar su base en las elecciones de medio término. Para las listas más chicas, el desafío será alcanzar el piso necesario para entrar por primera vez al Congreso.
El politólogo Patricio Adorno, de la consultora Meraki, estimó que la participación en Tucumán será del 67% del padrón. Con ese nivel de concurrencia y sin un escenario polarizado, un espacio necesitaría cerca de 120.000 votos para entrar al Congreso. “Estamos ante una elección entre dos oficialismos: uno nacional y otro provincial”, afirmó Adorno.
El sistema de reparto de bancas, basado en el método D’Hondt, favorece a los espacios más votados. Si dos fuerzas concentran alrededor del 75% del total, el resto tendrá muy pocas chances de conseguir representación. Eso fue lo que ocurrió en 2021, cuando las cuatro bancas se repartieron entre dos listas.
La participación será clave para los espacios que intentan romper la polarización. Si no logran captar nuevos votantes, incluso superando los 100.000 votos, podrían quedar fuera del reparto.
Desde el 1 de octubre rige la prohibición de actos públicos que busquen influir en el voto. Esto incluye inauguraciones, anuncios de gobierno y cualquier actividad con posible impacto electoral. La restricción fue establecida por la Justicia Nacional Electoral.
El padrón en Tucumán creció un 1,6% desde 2023, con un total de 21.085 nuevos electores. También se sumaron algo más de mil jóvenes de 16 y 17 años. Aunque el incremento no es significativo, puede tener impacto si la elección es pareja.
Con nueve listas y cuatro escaños en disputa, Tucumán será un distrito clave para medir el poder real de las distintas fuerzas. El resultado no solo marcará el rumbo del Congreso, sino también el peso político del oficialismo nacional y el provincial.