La Conmebol canceló el partido entre Independiente y Universidad de Chile por la Copa Sudamericana luego de los graves incidentes en Avellaneda. La medida es inédita: el cruce de octavos de final no se jugará otra vez y el organismo abrió un expediente disciplinario.
En un comunicado, la Confederación explicó que tomó la decisión porque no hubo garantías de seguridad del club local ni de las autoridades. Además, aclaró que, al no corregirse la situación durante el operativo, derivó el caso al Tribunal de Disciplina.
Los disturbios empezaron en la tribuna Pavoni Alta, cuando hinchas visitantes lanzaron proyectiles y bombas de estruendo hacia el sector de Independiente. La violencia aumentó con destrozos en las instalaciones y la irrupción de barras locales en el espacio de la Universidad de Chile, a pesar de un operativo con 650 policías y 150 agentes privados.
El árbitro Gustavo Tejera interrumpió el juego a los cuatro minutos del segundo tiempo. En ese momento se producían corridas, agresiones y la caída de un hincha desde gran altura. Tras más de una hora de caos, la Conmebol confirmó la cancelación definitiva.
Los informes ya llegaron a la sede de Asunción. Los jueces revisarán videos, reportes policiales y la actuación de ambos clubes. Entre las sanciones posibles figuran multas, pérdida de puntos o la anulación del resultado. El caso de Universidad de Chile, que ya había recibido un apercibimiento en julio por incidentes previos, tendrá un peso especial en la evaluación.