Cómo Brasil y América latina pueden beneficiarse de la guerra comercial mundial

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Los aranceles de Trump ayudan al gigante asiático a cumplir con su meta de estrechar lazos con los países de Sudamérica donde invierte fuerte en infraestructura. La amenaza de China de imponer aranceles a la soja estadounidense podría ser una buena noticia para los agricultores de Brasil.

El fantasma de una inminente guerra comercial entre las economías más grandes del mundo provocó alzas en los precios de la soja brasileña, que llegó a su nivel máximo en 21 meses, según los analistas de Commerzbank.

Los productores agropecuarios de Brasil podrían a la larga ser los ganadores si China y Estados Unidos llegan a las manos, opinan los analistas. De hecho, al amenazar a China con una guerra comercial, el presidente estadounidense Donald Trump inconscientemente podría estar ayudando a Brasil a cumplir con sus ambiciones de dominar el mercado mundial de exportaciones agrícolas y a Beijing con su meta de estrechar lazos con América latina.

China ya es el principal socio comercial de Brasil y se está convirtiendo en un importante inversor, ya que el año pasado colocó casi u$s 21.000 millones en el gigante latinoamericano. La vecina Argentina, el tercer mayor productor de soja del mundo, podría también salir favorecida.

Brasil produjo 114,1 millones de toneladas de soja en la cosecha 2016-17, de las cuales exportó a China alrededor del 47%. Mientras tanto, EE.UU. produjo 116,9 millones de toneladas, de las cuales vendió a China cerca del 31%. Junto con Argentina, que produjo 57,8 millones de toneladas en el mismo período, los tres países producen la mayor parte de la producción mundial de soja.

Argentina podría ser otra opción para China si quisiera depender menos de Norteamérica, dijeron los analistas. Gustavo López, que dirige la consultora bonaerense Agritrend, afirmó que, a corto plazo, si EE.UU. dejara de exportar soja a China, tanto Brasil como Argentina probablemente se beneficiarían del aumento de los precios.

Pero siendo el principal proveedor mundial de productos refinados como aceite de soja y harina, Argentina podría verse perjudicada debido a que crecería la competencia en estos mercados en el mediano a largo plazo si EE.UU. comenzara a producir estos productos, explicó López.

De cualquier forma, duda que China de inmediato tome medidas concretas en cuanto a los aranceles, ya que depende de los tres productores extranjeros de soja. “China no puede permitirse el lujo de patear la mesa, no puede depender sólo de Argentina y Brasil”, dijo López.

Marcos da Rosa, presidente de Aprosoja Brasil, aseguró que no es tan simple como cambiar de la noche a la mañana un país por otro. Pero contó que Brasil tiene la capacidad de duplicar su producción de soja si se cultiva también en las inmensas tierras de pastoreo que posee el país dependiendo de los precios. “Brasil tiene la capacidad de producción, la tecnología y la superficie para hacerlo”, dijo.

China produce soja en el país el equivalente al 4% de la oferta global, suficiente para cubrir sólo seis semanas de su propio consumo. Como resultado, las importaciones chinas de la oleaginosa explotaron de medio millón de tonelada hace 20 años a 96 millones de toneladas el año pasado, es decir una tercera parte de la oferta mundial.

 

 

 

 

 

Fuente: Cronista