Un estudio global reveló que el uso del celular antes de los 13 años puede afectar seriamente la salud mental infantil. Especialistas en salud, educación y neurociencias alertan sobre el impacto de la hiperconectividad en el desarrollo emocional, social y neurológico de niñas y niños.
El informe, publicado en la revista Journal of Human Development and Capabilities, analizó datos de casi 2 millones de personas en 163 países. Concluyó que cuanto menor es la edad de inicio en el uso de celulares y redes sociales, mayor es el riesgo de desarrollar síntomas como baja autoestima, depresión, desapego de la realidad, e incluso ideación suicida.
Uno de los aspectos más alarmantes es la alta vulnerabilidad de las niñas, especialmente por la búsqueda de validación constante en redes, el ciberacoso y la exposición prolongada a estímulos digitales.
En paralelo, la Sociedad Argentina de Pediatría y expertos locales recomendaron restringir el acceso a pantallas en menores de 6 años y supervisar activamente el uso de tecnología hasta la adolescencia. La médica Silvina Pedrouzo, especialista en pediatría y TICs, advirtió: “Los niños no tienen la madurez necesaria para autorregular el uso de celulares”.
Desde el punto de vista clínico, psiquiatras comparan la estimulación provocada por las pantallas con el efecto de sustancias adictivas: provocan liberación excesiva de dopamina y alteran el sistema de recompensa del cerebro.
El trabajo también generó polémica entre algunos investigadores que cuestionan la solidez metodológica del estudio global. Aun así, otros estudios —como el publicado por JAMA Pediatrics— respaldan la preocupación: más del 30 % de adolescentes entre 10 y 14 años muestra un uso problemático de redes y celulares, con consecuencias conductuales graves.