Ante las dificultades para sumar divisas y en la antesala de una auditoría clave con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el ministro de Economía Luis Caputo lanzó un nuevo bono en pesos que se suscribe en dólares. El objetivo es captar hasta U$S 1.000 millones sin intervenir en el mercado oficial de cambios, en un intento por reforzar reservas sin romper su esquema cambiario.
El instrumento, que vence en mayo de 2030, podrá ser adquirido por inversores internacionales mediante Euroclear, y será licitado este miércoles. El tipo de cambio aplicable será el oficial del día de colocación. Gracias a una reciente disposición del Banco Central, los fondos no residentes podrán participar sin tener que convertir previamente sus dólares en pesos.
Desde el Gobierno destacan que la operación no incrementa la deuda neta del país, sino que extiende plazos en moneda local y mejora el perfil de reservas líquidas. Pero desde Wall Street advierten que el instrumento, al estar regido por ley local y pagar en pesos, no representa un verdadero regreso a los mercados internacionales.
El plan forma parte de una estrategia para evitar incumplimientos con el FMI, que exige a la Argentina sumar U$S 6.000 millones en reservas antes de fin de junio. A la par, el Ejecutivo negocia un REPO por U$S 2.000 millones con bancos y espera otro desembolso similar del Fondo. Sin intervención directa en el mercado cambiario, este tipo de medidas aparece como una vía alternativa para afrontar vencimientos sin agotar divisas.