Este nombre por ahí algunos futboleros lo podrían confundir con un ex arquero del club San Lorenzo de Almagro y de la selección, el “mono” Agustín Irusta, pero el que vamos a recordar hoy fue un actor, cantante de tangos, letrista y compositor, había nacido en la Ciudad de Rosario, provincia de Santa Fe, con su nombre original Agustín Cipriano Irusta, en una casa ubicada en la calle Salta y Balcarce, nació el día 28 de agosto de 1902, el mundo tanguero lo conoció como Agustín Irusta.
Su padre don Cipriano Irusta, trabajaba como capataz en la Municipalidad de Rosario, también tenía como actividad u oficio la crianza de gallos de riña, era lo que se llamaba un gallero. Rosa Olazábal, su madre, era modista, tenía un taller de costura donde también trabajaba su hermana Angelina.
Años después de fallecer su madre “don” Cipriano volvió a casarse y se fueron a vivir a una casa quinta que quedaba sobre el camino al matadero de Rosario, en su nuevo hogar tenían caballos de carreras cuadreras y gallos de riña, entrenados por su padre, después de un tiempo dejaron este lugar y se trasladaron a un pueblo cercano, saliendo por la Ruta 33, Sanford, donde su padre fe empleado como administrador de la estancia Evangelina
Todo este medio de vida y el ambiente rural donde Agustín se fue criando, influye notoriamente en el repertorio artístico inicial que él hacía, Agustín tenía ya desde niño grandes actitudes y vocación artística, cuentan que en la escuela primaria en una fiesta de fin de curso, actuó haciendo el papel de un cómico, a partir de entonces se sintió atraído por el teatro, la actuación y el canto, actividad que lo acompaño toda su vida.
Cuando la estancia Evangelina fue vendida la familia vuelve a Rosario, y aparecieron los tiempos difíciles y las necesidades económicas que lo llevaron a abandonar sus estudios secundarios y tuvo que trabajar para ayudar a su familia, por ese entonces fue empleado en la tienda Gath y Chaves de Rosario, luego se vinculó a un conjunto dramático dirigido por Lorenzo Lamarque, padre de Libertad Lamarque. También trabajó como electricista en el teatro Olimpo donde en los momentos libres pudo observar la actuación de espectáculos españoles.
Comenzó a cantar en su adolescencia en su ciudad natal y en otras vecinas, mientras cumplía su servicio militar en la provincia de Santiago del Estero donde conoció al reconocido creador y compilador de música nativa y folclorista Andrés Chazarreta, que le enseñaba a leer y escribir a los soldados, que le da sus primeras clases de canto y guitarra.
Muy buen compositor, se inició por 1926 con las tonadas Chilenito, interpretada por Libertad Lamarque, y Qué importa, que grabara el dúo Ruiz-Acuña. Sus comienzos fueron en realidad con el padre de Libertad Lamarque, pero en forma rudimentaria. Todo lo que asimiló allí con Chazarreta lo aprovechó en la vida civil formando algunos conjuntos hasta desembocar en un trío con don Alfredo Eusebio Gobbi y Roberto Fugazot, injusto sería olvidar a su primer compañero de dúo, Francisco Graciadío.
Proveniente de Buenos Aires, llega a Rosario una compañía con importante actores para presentar la obra de Alberto Güiraldes “Alma gaucha”. Agustín se enteró que hacía falta un cantor e inmediatamente se ofreció y obtuvo el puesto, así debutó profesionalmente, luego hicieron algunas giras por provincias vecinas, de nuevo en Rosario, dieron sainetes, donde aprendió a cantar tangos con la ayuda de la actriz Milagros de la Vega, que además era profesora de piano.
Cuando finaliza el trabajo en Rosario se disolvió la compañía y todos sus artistas vuelven a Buenos Aires, Agustín aprovecha y viaja con ellos, estando en la urbe porteña vivió en una pensión de la cortada Carabelas, allí conoció al cantor y guitarrista uruguayo Roberto Fugazot, desde que llegó a Buenos Aires el Bar Los 36 Billares fue su reducto preferido, ahí se reunía y trataba con mucha gente del ambiente artístico.
El payador Víctor Galieri lo conectó con Radio Cultura y debutó por primera vez en una radio; lo acompaño musicalmente un trío integrado por Carlos Di Sarli en piano, el violinista Nicolás Olivari y el bandoneonista Alberto Licarsi, con el tiempo Agustín Irusta se vinculó con distintas compañías de espectáculos, realizando giras por distintas provincias.

Ya de regreso a Buenos Aires, Irusta trabajó en el cabaret Chantecler de la calle Paraná casi Corrientes, tarea que él recordaba con mucha emoción, porque era un local de categoría que jerarquizaba su trabajo.
En reuniones con amigos siempre manifestaba su enorme cariño por su Rosario natal, pero se sentía fascinado y atrapado por Buenos Aires, en 1926 Enrique Muiño se separa de Elías Alippi y organiza una nueva compañía, para presentar en el Teatro Buenos Aires la obra Los muchachos de antes no usaban gomina, allí Agustín Irusta se lució como cantante y actor.
Irusta era muy amigo de Alfredo Gobbi, padre, trabajaron juntos en varios espectáculo, cuenta él que Gobbi una vez le aconsejó que se dedicara al canto porque la vida de actor era muy sacrificada, no obstante como hemos visto, Irusta supo brillar en ambas actividades.
La gran difusión de Agustín Irusta y su voz se hizo sentir a partir de su trabajo con Francisco Canaro, a él, llega por intermedio del pianista Alberto Soifer que cierto día le comentó que Canaro deseaba incluir un “estribillista” en sus grabaciones y que había visto en Irusta la capacidad para ocupar ese lugar, y le ofreció contactarlos.
Agustín, ”Tenía la estampa de un galán pero, fundamentalmente, era un cantante exquisito con registro de tenor y un timbre dulce y elegante…Tuvo una trayectoria muy dilatada pero su momento de gloria, el más importante a mi juicio, fue cuando integró el Trío Argentino, junto al cantor Roberto Fugazot y el inspirado pianista Lucio Demare
“Era fino, simpático, culto, caballeresco, inteligente, ingenioso humorista porteño para la sonrisa intencionada y no para la carcajada ruidosa, delicado cantante intimista de inconfundible fraseo, voz pequeña de impecable musicalidad, afinación perfecta, de apagada y colorida sonoridad, artista cabal e intérprete exquisito, entendía que el tango debe decirse y no gritarse”.
Con Canaro se conocieron en la grabadora Odeón que funcionaba en los altos del Cine Gran Splendid, el músico Luis Ricardi le tomó una prueba y ahí quedó contratado, cubrieron casi todo el año 1927 y se volvieron a unir en 1932, periodos en los que grabaron alrededor de 80 canciones, algunos de ellos, a dúo con Roberto Fugazot.
En el mismo año 1927 Francisco Canaro decidió organizar un concurso de tangos cantados con letra pues hasta entonces se hacían instrumentales, para este concurso se hizo la publicación invitando a los autores a participar. El jurado fue integrado por Canaro, Ricardi e Irusta, que también interpretó algunos temas, el certamen se realizó en el Palace Teatro de la calle Corrientes y fue consagrado el tango Noche de reyes.
Irusta y Canaro alternaban las grabaciones con las actuaciones en El Tabarís, sitio prestigioso de la noche porteña., ahí Canaro le propuso a Irusta viajar a París, todo un desafio, donde sus hermanos Rafael y Juan dirigían una orquesta que llevaba por nombre su apellido: “Orquesta Canaro”, en la que se destacaban los pianistas Fioravanti Di Cicco y el joven Lucio Demare.
El ofrecimiento era doble tentador, en lo económico y el trabajar en Europa, fiel en la amistad, Irusta le pidió a Canaro si podía incluir a Fugazot que había hecho buen papel en el concurso de tangos, Francisco Canaro aceptó sin problemas.

Viajaron en el barco Cap Polonio hasta Boulogne Sur Mer, donde vivió sus últimos años y murió el General San Martín, llegaron a Francia un día muy frío y lluvioso, estando en Paris, Francisco Canaro queda tremendamente sorprendido al enterarse por el padre de Lucio Demare que Juan y Rafael, sus hermanos, estaban actuando con la orquesta en Madrid y no en Paris como le habían dicho.
Días más tarde llegaron a Monmartre y ahí Agustín Irusta comprobó fascinado lo que París podía ofrecer a un joven cantor, era para él, el gran salto, en octubre de 1927 en el cabaret El Garrón actuaba otro argentino, Manuel Pizarro, se reunieron con él, que les hizo de cicerone los primeros días.
Al trasladarse la orquesta de Canaro a España, Lucio Demares se quedó en París donde residía con su familia, Irusta y Fugazot ensayaban con Lucio en su departamento, quien se adaptó a los ritmos de las canciones que ellos hacían, la idea era integrarse a la orquesta.
Por otro lado Francisco Canaro, con la ayuda del padre de Lucio, hizo lo imposible por formar un nuevo conjunto en Paris, no pudo lograrlo, pues no había buenos músicos y en consecuencia, debían volverse a Buenos Aires, por suerte, los hermanos Canaro le pidieron a Francisco que fuera a Madrid para explicarle lo sucedido, inmediatamente en dos autos, se fueron a España, Francisco aclaró los hechos con sus hermanos y se quedaron.
La orquesta Canaro actuaba en el cabaret Maipú donde lo hacía Carlos Gardel en esos días ¡La oportunidad apareció! El Trío Argentino que habían formado en París, tuvo su prueba de fuego al participar en una fiesta donde, entre otros, estaba invitado Gardel, del que se hicieron muy amigos, cuenta Agustín Irusta que al día siguiente el Trío ya tenían contrato para actuar en el Teatro Maravillas de Madrid en un cuadro de la revista Noche loca.
El sustento musical de los arreglos estaban garantizados por la capacidad de Lucio Demare, talentoso músico, compositor y que con el tiempo fuera director del Trío Argentino y de una orquesta antológica.
Una vez cumplido el ciclo en Madrid, la orquesta de Canaro se volvió a París, el trío antes de partir fue invitado a Barcelona, donde grabaron dos temas para RCA Victor, “El boyero por el camino” y “Pompas”, fue el primer disco que grabó el Trío Argentino.
Con el tiempo grabarían 178 temas, el trío y el tango tuvieron una importancia enorme en el desarrollo artístico de Agustín Irusta, por el interés que despertaban sus presentaciones, en Barcelona como centro de operaciones, tuvieron muchos meses de trabajo, ahí actuaron en teatros, cabarés, grabaron para RCA Victor, e intervinieron en algunas películas y recorrieron con éxito media España incluidas las Islas Canarias.
Otros dúos fueron con Luis Scalon (que luego migró a París) y, más adelante, con Francisco Graciadío acompañado por el guitarrista Genaro Veiga, Irusta también hizo presentaciones por Radio Cultura acompañado por Lorenzo Olivari en violín y Carlos Di Sarli en piano y más adelante se incorporó a la compañía teatral de Enrique Muiño e integró el trío “Los tres gauchos”, con Alfredo Gobbi (padre) y Roberto Fugazot.
El maestro Francisco Canaro lo contrató para que con su orquesta cantara los tangos premiados en los concursos de Max Glucksmann y, posteriormente, lo envió a París donde estaba la orquesta de su hermano Juan Canaro.
En 1927 se separó de Canaro y con Fugazot y el pianista Lucio Demare formó el trío Irusta-Fugazot-Demare, este conjunto luego de debutar en París pasó a actuar en el teatro Maravillas de Madrid donde la presentación prevista para un período de quince días debió prolongarse a tres meses por el gran éxito que obtuvo, al trío se le unieron otros músicos, entre ellos el joven bandoneonista Lucas Demare, formando la Orquesta Típica Argentina, que actuó en diversos países de América y luego volvió a Buenos Aires.
Contaba muchos años después Lucio Demare en un reportaje: “En Buenos Aires debutamos con gran éxito en el Teatro Broadway, pero con la mala suerte que Roberto Fugazot, se accidentó en un ascensor que se vino abajo desde un tercer piso, estaba con Juan Carlos Cobián y Enrique Cadícamo, pero sólo él se lastimó, se fracturó una pierna, cuatro meses de yeso y se nos cortó el éxito”.
Irusta, Fugazot y Demare retornaron a España y en 1933 fueron los actores de la película española “Boliche”, escrita y dirigida por Francisco Elías, que en los Estados Unidos fue estrenada el 27 de mayo de 1935 y “Aves sin rumbo”, escrita y dirigida por Antonio Graciano, estrenada en España el 28 de mayo de 1934, Demare realizó además la musicalización de ambas películas.
En 1936 ante la inminencia de la guerra civil el trío vuelve a Buenos Aires y participa con Canaro en las revistas musicales La Patria del Tango y Mal de Amores, en los teatros “Buenos Aires” en 1936 y “Politeama” en 1937 y con Troilo y Castillo en El Patio de la Morocha y en 1937 el trío se separa.
En Argentina Irusta continúa filmando e interviene en la película “Ya tiene comisario el pueblo”, “Cantando llegó el amor”, “El matrero” y “Puerta cerrada”, donde interpreta el galán de Libertad Lamarque, “Yo conocí a esa mujer”, “Tres hombres del río”, “Buenos Aires a la vista”, “El pecado de Julia”, actuó también para Radio El Mundo acompañado por la guitarra de Roberto Grela.
En la nómina de sus composiciones se encuentran otras famosísimas como: “Sorbos amargos”, “Mañanitas de Montmartre”, “Lupe”, “Mi musa campera”, “Escúchame”, “Dónde”, “Cansancio”, “Guitarra”, “Rosario de Santa Fe”, “El boyero”, “Por el camino adelante”, “Soy muchacho de la guardia”, “Dos vidas”, “Mi pálida vecina”, “Yaraví”, “Rodando”, “Esta pena es mía”, “A cara o cruz”, “Distancia”, que además de contar con la colaboración de los citados, secundáronle Nolo López, José González Castillo, Lito Bayardo, Miguel A. Camino, Pedro Polito, Antonio Graciani, Joaquín Dicenta, Alberto Puértolas.

Su amigo Carlos Gardel le llevó al disco las que obtuvieron mayor fama: el vals “El trovero (Yo te imploro)” que compuso con el gran violinista Rafael Tuegols; “Tenemos que abrirnos”, hecho con otro cantor, Alberto Acuña; “Dandy” con sus compañeros del trío y “Reproche” con la colaboración de Fugazot.
Excelente colega del gran Carlitos vivió con él en Europa como aquí felices momentos que recordó siempre en anécdotas de sano humor y sabor ciudadano: «Por 1927 vino a buscarnos a mí y a Fugazot para que fuéramos a cantar al stud de Maschio en un asado en honor de la gente que cuidaba y preparaba su caballo Lunático, nos ofreció 100 ganadores si el caballito ganaba el domingo siguiente, pero no ganó y por indicación de Maschio jugamos a la yegua La Guapa desquitándonos en parte Gardel y nosotros dos de la amarguras anteriores.
Hizo giras por países americanos y por Europa, actuando en Francia, Italia y España donde permanece cinco años. También filmó en el extranjero, actuando en México en “La otra”, con Dolores del Río, “La hija del payaso”, “Mujer” y “A la sombra del puente” así como en España en el filme “La guitarra de Gardel”, en el año 1948, por iniciativa de un empresario cubano, vuelve a formarse el trío para actuar en la radio cubana y dejó más de cuarenta grabaciones no comerciales.
Durante los últimos 30 años de su vida estuvo radicado en Venezuela, desde donde salía en giras por Colombia, Ecuador, Puerto Rico, México, Panamá y los Estados Unidos actuando en radios, en teatros y, finalmente, en televisión, Agustín Irusta falleció en Caracas (Venezuela) el 25 de abril de 1987.
Ing. Aldo O. Escobar
