La familia de Florencia A. vive horas de angustia después de que Federico Punturo, acusado de acosarla durante más de 12 años, rompiera la tobillera electrónica y se fugara de su domicilio en Tafí Viejo. El hombre, de 45 años, debía presentarse el jueves pasado a una audiencia en Tribunales y nunca lo hizo. Desde entonces, su paradero es desconocido y la víctima está aterrada.
El caso generó conmoción en Tucumán por la persistencia del hostigamiento, que comenzó cuando la joven tenía 19 años. Punturo fue denunciado en múltiples oportunidades por perseguirla, golpear las ventanas de su casa en la noche y acosarla en la vía pública. “Después de tantas denuncias, la policía no actuaba con la seriedad que merecía el caso”, relató Florencia en su testimonio. Tras la muerte de su padre, la situación empeoró y su familia vive bajo un miedo constante.
El abogado querellante, Patricio Char, explicó que el imputado estaba bajo arresto domiciliario, pero en la última audiencia “no se conectó, rompió la pulsera y desapareció”. Por pedido de la fiscalía, el juez Agustín Puppio dictó 15 días de prisión preventiva y ordenó su inmediata captura. La resolución subrayó la necesidad de aplicar la perspectiva de género ante un riesgo real para la vida de la víctima.
La abogada de Florencia, Patricia Neme, cuestionó desde un principio la medida de arresto domiciliario, al advertir que no garantizaba la seguridad de su defendida. Punturo ya había estado bajo evaluación psiquiátrica, pero el tribunal consideró que no requería internación.
El caso fue comparado por allegados con el de Paola Tacacho, la docente asesinada en 2020 tras años de acoso. “Es vivir con miedo permanente, sabiendo que puede atacarnos en cualquier momento”, expresó la familia, que ahora reclama mayor protección policial.
