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ANDRES FALGÁS, “LA VOZ SENTIMENTAL DE BUENOS AIRES”

Andrés Salvio Miguel Falgás, conocido simplemente por Andrés Falgás, nació el 15 de enero de 1916, hijo de padre español, Andrés Falgas, y madre italiana, Antonia Gaeta, nació en el barrio de Caballito, en Pedro Goyena 65, donde desarrolló sus estudios primarios y secundarios, fue un destacado cantor y compositor de tango de larga trayectoria, este gran intérprete del tango, tuvo a lo largo de su carrera 130 registros discográficos y una excelente recepción que una y otra vez recibió en cada país que se presentó.

Era la época dorada internacional de Carlos Gardel, Agustin Magaldi y otros que, como Ignacio Corsini, sintetizaban un plano de primeras figuras en la famosa y deseada calle Corrientes.

Es así que, por esos tiempos de gloria para la música del dos por cuatro, en una radio porteña, allá por el año 1933, tras una convocatoria con más de tres mil participantes, Andrés Falgás resultó uno de los elegidos por el veredicto de los jurados y la aclamación de los oyentes, en virtud de su voz dulce y suave acento, además de un estilo fácilmente identificable. 

Luego triunfó como solista y toma parte de renombradas orquestas típicas, estableciéndose como voz exclusiva del maestro Juan Canaro, y es con este grande del tango que graba sus primeras canciones en la R.C.A. Víctor, “El triunfo de sus ojos”, “La brisa” y “La noche que me esperes”, entre otras.

Luego tuvo varios empleos para ayudar a su familia pero lo suyo era el canto que por fin tiene su premio en 1933, en un concurso emitido por LR4 Radio Splendid y, auspiciado por el polvo limpiador Puloil, se presentan un par de miles de participantes y en las instancias decisivas, los finalistas eran acompañados por el Trío Puloil, compuesto por Miguel CalóLuis Brighenti y Raúl Kaplún, esa vez ganó Hugo Gutiérrez, también violinista, justamente en la orquesta de Caló, y compositor; Falgás quedó en segundo lugar.

En su itinerario radial fue acompañado, entre otros, por conjuntos de ocasión dirigidos por Federico Scorticati, Enrique Rodríguez, dúos o tríos de guitarras, y el 5 de mayo de 1936 debuta en el disco para el sello Odeón con el tango de Jorge Argentino Fernández y José María Contursi, “Pena de amor” y el vals “Cofrecito”.

Posteriormente, ingresa en los primeros meses de 1938 a la orquesta de Juan Canaro, realizando actuaciones en diversos locales y radios, como así también giras de fin de semana en el interior del país, con Canaro, dejó para el disco cinco grabaciones, los tangos “La noche que me esperes”, “Ahí va el dulce” y “La brisa” y los valses “Amante corazón” y “El triunfo de tus ojos”.

En ese año comienza su relación con Juan Canaro haciendo actuaciones en diversos locales y radios y a continuación la orquesta de otro grande, él le pone el acento de su voz, como la de Rodolfo Biagi reemplazando a Teófilo Ibañez y realiza once registros más entre julio de 1939 y abril de 1940.

Entonces Juan Canaro lo requiere para una larga gira por América, pasan por Chile, Perú, Ecuador, Colombia, casi toda Centroamérica y llegan a Méjico, luego de varios meses, Canaro avisa que pega la vuelta pues extrañaba a su familia, y entonces Gabriel Clausi, bandoneón del conjunto, se hace cargo de apuro de una nueva formación para cumplir con los contratos firmados, se crea así Los Reyes del Tango.

En ese mismo año, Rodolfo Biagi se separa de Juan D´Arienzo y forma su propia agrupación, el que sería el próximo destino de Andrés Falgás, tanto la orquesta de Biagi como la de D’Arienzo consolidaron las posiciones interpretativas tradicionales del tango, centralizando el interés del público adicto al baile, con repertorios especialmente basados en la exhumación de antiguas obras adaptadas a sus modos de expresión musical.

Teófilo Ibáñez fue el primer cantor de “Manos Brujas” (exitoso intérprete de los tangos “Gólgota”, “La Novena” y la milonga “Campo afuera”), luego sucedido por Falgás, quien se consagró con varios éxitos, grabados entre julio de 1939 y abril de 1940, tales como “Queja indiana”, “Griseta”, “La chacarera”, “Cicatrices”, “A mí no me interesa”, “Cielo”, “Dichas que viví”, “Déjame amarte aunque sea un día”, “Son cosas del bandoneón”, “Deja el mundo como está” y “El último adiós”.

México lo alberga durante largo tiempo, filma una película donde canta varios temas, lo hizo junto a la actriz mexicana María Elena Marqués, titulada Dos Corazones y un tango en 1942​ donde interpreta los tangos “Dos Corazones” y “Ándate”, también grabó en la Víctor, con pocas actuaciones llegó a ser bautizado en México como la “Voz Sentimental de Buenos Aires” y es una época donde este cantante vive viajando de aquí para allá, una y otra vez a Chile, Venezuela, Cuba (donde graba con Joaquín Mora), Puerto Rico (lugar de nacimiento de la cancionista melódica Elsa Miranda, su compañera de vida por unos años) y muchos otros países, sin dejar de pasar algunas temporadas por Buenos Aires”.

“Aquí fue acompañado por Tití Rossi, por la orquesta del cantor y violinista Raúl Garcés y actuaciones, sin llegar al disco, en la orquesta de Julio de Caro, esto fue en 1951, sí llegó al disco acompañado por Roberto Pansera, Gabriel Clausi, por las guitarras de Aníbal Arias y otros”.

“Vuelve a Colombia en 1956 y después viaja nuevamente a Centroamérica y Méjico, a los dos años regresa a la Argentina y adquiere una parte de un local nocturno Le Tucán, a fines de ese año parte a Colombia y actúa con gran éxito, dejando el testimonio de algunos registros fonográficos”. “Y así yendo y viniendo permanentemente, en 1983 viaja a los Estados Unidos y actúa en La Casa Gardeliana de Nueva York y en otros importantes escenarios”.

“Tiene una buena cantidad de composiciones, algunas que le pertenecen en letra y música, otras con la colaboración en los versos de Abel Aznar y especialmente varios títulos con José María Contursi, “Buzón de mi vereda”, “En el olvido”, “Mañana a las ocho” y los valses “Triste” y “Tu voz”, continuó cantando hasta bien pasados sus 70 años de edad”.

Fue un verdadero embajador del tango argentino y un correcto cantor, cuyo timbre y fraseo son inconfundibles, lo hizo hasta su fallecimiento un lunes 15 de mayo de 1995, fue otra de las voces recordadas en la historia del tango, aunque escasamente frecuentada en la actualidad, en las décadas del treinta, cuarenta y cincuenta como dijimos grabó 130 temas con distintas orquestas, actuó en los más importantes programas radiofónicos.

Ing. Aldo Escobar

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