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miércoles, octubre 22, 2025
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PEPITO DE AVELLANEDA

Es un placer poder recordar a Pepito de Avellaneda, es un digno representante de los tantos y buenos bailarines que tuvimos en las pistas del 2×4, realmente se llamaba José Domingo Monteleone, había nacido un 30 de Noviembre de 1930, “yo empecé a bailar a los doce años en unos Carnavales en Avellaneda, mi nombre real es Monteleone, “Pepito de Avellaneda” es un seudónimo”, ojo que no quería que le digan Pepito Avellaneda, porque allí Avellaneda sonaba a un apellido, él era de Avellaneda, al sur de Buenos Aires, al igual que otro gran bailarín como Carlos Eduardo Gavito. 

“Soy descendiente de italiano y español, iba a bailar en el Salón Duca, en el año 40, 45, 46, empecé a bailar, me tiré a bailar, en el 45 di la primera exhibición, fue en el Teatro Roma de Avellaneda, yo tenía quince años, bailé con la hija de Royuelo, un kinesiólogo de Independiente”. 

«El baile para mí es todo, yo me alimento, yo bailo y me alimento, yo tenía muchos contratos, por ejemplo en las provincias de Salta, Córdoba, Tucumán, y aunque no me dieran nada, yo bailaba porque lo sentía, o sea que hacía lo que a mí me gustaba y me pagaban encima, eso es hermoso, yo me alimento con el tango, me gusta dar clase, me paso todo el día dando clase, en Europa me quieren mucho, tal es así que recibo cartas, recibo invitaciones, es muy lindo”, son algunas de las expresiones de Pepito.

«Yo soy pizzero, el oficio mío es pizzero, teníamos pizzería con papá, y a mí se me daba por la milonga, no, no, no…quería trabajar, eso sí sólo quería el baile. Yo en los Carnavales, pedían en los clubes pizza, yo llevaba pizza, me quedaba a bailar, al otro día ya, volvía a las seis de la mañana y empezaba a hacer pizza otra vez para el nuevo día, en la época de los Carnavales, casi no dormía, a veces papá me decía «Andá a tirarte un rato que yo después te despierto», más que un viejo fue un amigo, hermano, todo… yo me quedé sin vieja a los cinco años”

A partir de allí, empezó a dar clases, se presentó en televisión y en el número vivo de los cines de Capital y Gran Buenos Aires, con su compañera Estrella, aparecieron luego giras por el interior del país y Uruguay, Brasil y Chile, también lo llamaban constantemente para dar exhibiciones en clubes y cabarets y en teatros como Boedo y Apolo, en 1990, Juan Carlos Copes, quien lo había conocido en el Club Atlanta, en 1948, cuando ambos recién empezaban a bailar, lo convocó para acompañarlo a Canadá con su compañía.

Pepe se sentía un creador, un inventor de mucha de las figuras que usaba para bailar milonga, bailaba todo, desde salsa hasta jazz, desde cumbia hasta tango, pero la sabia y el talento estaba en el tango, bailó con todas las orquestas por ejemplo Di Sarli, D’Arienzo, De Angelis, Pugliese, Caló y Gobbi.

Bailar lento es muy difícil decía por eso, a casi todos los milongueros les gusta el tango orillero, marcado, rítmico, ese donde se repite, sin prisa y sin pausa, la misma secuencia sin una pizca de creación, bailar lento, no cualquiera puede, decía ya que hay que darle mucha importancia a las cadencias, a las pausas y al equilibrio, un tango lento no se puede bailar todo seguido, porque no se transmite nada, no es poético, no es tango.

Pepito no era sólo un admirado maestro; era igualmente, o quizás por sobre todo, un gran bailarín, a despecho de su breve estatura y su panza prominente tenía una elegancia innata en el baile, una gracia y una musicalidad fantásticas, un clásico de Pepito de Avellaneda eran sus tiradores, fue particularmente apreciado por su calidad para interpretar el ritmo de milonga, sobre el cual creó un gran número de pasos propios; pero es preciso ver esos videos – grabaciones (que tienen el abc como bailar una milonga) para comprender de qué manera personal podía también bailar un tango, sin olvidar a tantos otros bailarines que dejaron lo suyo.

«Y aprendí solo, fue salir, hacer un paso, otro paso, y ya me tiré, después, estaban las prácticas en los clubes, entre hombres, o sea, yo te llevaba a vos, vos me llevabas a mí: o sea, se aprendía a guiar una mujer. Eso para bailar el domingo, el sábado, practicábamos para crear algunos pasos, no había mujeres en las prácticas, era sólo entre hombres, lo practicábamos para bailar con la novia, o con la esposa. 

Es más fácil bailar con una mujer, hay hombres que bailan como mujer, muy bien, y había algunos que hacían de mujer para saber qué hacía la mujer, si sabes llevar a un hombre es más fácil llevar a una mujer, la mujer aprende mucho más rápido que el hombre, porque el hombre tiene que saber guiar un determinado paso, pensar en el paso, cómo guiarla, y eso es difícil. 

“Ahora si hacen una coreografía, ya no es lo mismo, ya es una cosa de utilería, pero el milonguero tiene que saber llevar, y hay muchos que bailan llevando, hay otros que bailan por computadora, o sea, una coreografía, y chau, pero van a un salón y no saben bailar, eso pasa con muchos bailarines, profesionales de academias, que ahora yo los veo mucho en las milongas para ambientarse, cómo es la milonga y cómo se debe guiar a la mujer en determinado paso”.

Pienso que el futuro del tango, invadió el mundo, se puede decir, ahora la gente en cualquier lado del mundo baila el tango, tanto en Estados Unidos, Centro América, Europa, todos van con tango, y enseñan a bailar el tango, así que el tango no se puede perder nunca, en Alemania hay cantidades de escuelas de enseñanza de tango, en Hamburgo también, en Stuttgart, también” pero que paradoja solo en nuestro país no se produce este fenómeno, cuando nos daremos cuenta que esa cultura tanguera es rica, bella, agradable al oído, al alma, a los pies y lo más hermoso que es nuestra, estamos a tiempo para despertar y querer lo nuestro. 

“Te nombro los lugares a los que yo he ido, Holanda, Amsterdam, Maastrich, Rotterdam, y otras ciudades hay cantidades enormes de lugares donde se baila tango y se enseña. Hablemos de Suiza, en Basel, que yo voy siempre, que yo les enseñé en Buenos Aires que no sabían nada, y pusieron una escuela, en Basel, y les va muy bien. 

Pepito daba clases en Argentina y en el exterior, en cada una de sus giras, Francia, Bélgica, Alemania y Holanda, lo tuvieron como invitado, en Japón y Rusia, sus alumnos le pedían que volviera. Actuó en dos espectáculos en Buenos Aires con la compañía de Copes, París lo recibió en 1993 y en Bruselas, fue invitado de honor junto a su esposa Gilda Susuki de Souza, por la revista Gotan, Pepito y Gilda se habían conocido durante una gira de él por Brasil y ella dejó su país natal para acompañarlo, a partir de ahí, fue por todo el mundo.

En 1996 se enferma y muere un 29 de Abril, luego de una de esas giras, diez años después de haber viajado por primera vez a Europa para dictar clases; había vuelto repetidamente allí, siempre acompañado por su esposa Suzuki. Los tablados del mundo lloraron a este repartidor de pizzas del negocio paterno, el creativo de cuerpo bajito y regordete, pero con los pies en la tierra y, tal vez, ahora garabateando alguna nube, algún giro, alguna nueva figura coreográfica.

Hablando de bailarines no estoy de acuerdo que ahora se quiera imponer que un 6 de Septiembre sea el día de la bailarina, porque es el día del cumpleaños de María Nieves Rego, quién es una excelente y destacada bailarina, les recuerdo, que ya hay un día del bailarín del tango que es el 7 de Febrero aniversario de la muerte del Cachafaz, que en el mes de Febrero pasado dejamos marcado su historial.

Esto no puede ser así, porque después será el día del maestro y otro para la maestra, o bien con el abogado y la abogada y así habría 2 días en todas las profesiones, además también quiero destacar que hubo otras muy buenas bailarinas con una gran trayectoria que recorrieron el mundo, como ser Carmencita Calderón, Elvira Santamaría, Olga San Juan, Victoria Colosio, por nombrar algunas, que se podría haber usado alguna fechas de ellas, estos días no debemos llevarlos a un plano comercial o por alguna conveniencia personal.

Ing. Aldo O. Escobar

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